Taxis-VTC

No se puede tolerar que la competencia, como la hay en otros servicios "para el público", se vea como una amenaza

Yo es que, veo uno de esos, blanquitos, viniendo hacia mí, con su metal lacado brillante y me pongo toda contenta. Si encima de su techo lleva anclada una bombilla iluminada en verde, ya no le quiero ni contar. Siento que me ha salvado la vida. Sea la hora que sea. Mañana, tarde, noche, y mucho más valor le doy si lo necesito de madrugada. En plena calle semivacía, o vacía del todo porque ya no ves ni un alma andando a esas horas, cuántas veces no he tenido que esperar, con los tacones taladrándome las piernas, aterida de frío y agotada, a que un cochecito blanco intuyera la presencia de un ser humano deseoso de estar metido en su cama. Las noches son mucho más tenebrosas sin un taxi que te busque. Claro, eso era antes. Ahora, todas las partes implicadas nos ahorramos muchos costes. Antes, los taxis debían gastar un millón de litros de gasolina en busca de un cliente que llevarse a la cartera y el cliente no ya pierde tiempo. Ahora, con las apps, que funcionan el copetín de bien, es que ni te mueves de casa. Puedes ver en la pantalla cómo la rayita azul delata los metros y minutos que le faltan al coche para esperarte en el mismísimo portal. Servicio puerta a boda. Se acabó eso de vagar por las calles mendigando cuatro ruedas. Ya saben de sobra la escena típica de la salida de la Feria antes del amanecer: para cortarse las venas. Si, los taxis son vitales para nuestras vidas. Pero, la evolución contaminante nos invita a tirar más de Metros, patinetes, bicis, AVE, aviones, autobuses, trenes de cercanías, coches de amigos, taxis...

En esta sociedad democrática la empresa privada ha llegado para quedarse. Y si me pongo toda contenta porque he contratado un VTC espero que nadie me tire una piedra, ni me agreda o insulte por utilizarlo. No se puede tolerar que la competencia, como la hay en la telefonía, la electricidad, y otros servicios "para el público", se vea como una amenaza. Más cuando se da prioridad a los taxis. A los VTC se les limita: que por cada 30 taxis, solo un VTC. Y casi todo son noes: no puede aparcar, no pueden circular sin tener servicio precontratado, no puede estar a 300 metros de un aeropuerto, puerto, estación de tren, autobuses, tampoco a 150 metros de un hospital, ni de granes centros comerciales, de ocio. Prohibido estacionar en una parada de taxis, en hoteles de menos de 4 estrellas, sedes judiciales, o lugares donde se celebren eventos deportivos, culturales o sociales. Prohibida la geolocalización previa a la contratación…Vamos, una lotería. En Madrid, las brutales huelgas hicieron perder la razón a los taxistas porque el cliente fue justo y demostró que tenía, como siempre, la razón y el poder. No cometan el mismo error.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios