Tarifa levanta pasiones

Creo que esta población gaditana es de las que ha encontrado su sitio y sabe disfrutarlo

Este verano he tenido ocasión de pasear en plan tranquilo por Tarifa. Ahora que tanto se habla de identidad y que muchas ciudades, entre ellas Cádiz, intentan encontrar su sitio y su manera de situarse en el tema del Turismo, es bueno fijarse en esta población gaditana porque yo creo que es de las que ha encontrado su sitio y sabe disfrutarlo.

Tarifa es una ciudad armónica, parece que todo encaja, que ha sido estudiado al milímetro y nada chírría. Una de las cosas que me llamó la atención es que en el casco antiguo de la ciudad no hay ni una franquicia, ni un local de esos que te puedes encontrar lo mismo en Cádiz que en kentucky, un hecho que, por ejemplo, en la ciudad de Cádiz, me parece muy preocupante puesto que todos estos locales sin personalidad ni carisma están ocupando los mejores sitios, tanto en lo que se refiere a la ropa como en lo gastronómico. Las tiendas de ropa que hay en el centro de Tarifa da gusto pasear por su interior con una oferta diferente, que no tiene nada que ver con lo habitual y parece como si toda la ciudad se hubiera puesto de acuerdo en lograr el objetivo común de ser agradable para el que los visita, todo un logro porque en muchas ciudades está empezando a surgir la tendencia de que el que las visita es hasta molesto. Esa armonía, ese parecer que todo se ha hecho para que esté en consonancia, lo abarca todo, desde las terrazas, sin que aparezcan esas sillas de plástico y las mesas con propaganda de refrescos, hasta los locales para desayunar con una oferta que va mucho más allá de la tostada de pan con manteca...aunque también se puede tomar y, además, con el estupendo pan macho de la zona. El cruce de culturas, la diversidad, se ve también por las calles y todo parece ser de colores, como si la ciudad estuviera en una sonrisa permanente. En el centro, lo de aparcar es imposible pero hay aparcamientos situados en las cercanías y en lo que es comé, que es algo fundamental para el que viene de fuera, la oferta es variada y de mucha calidad. Puedes encontrar desde el atún del Estrecho, por el que también han apostado como otra riqueza local, hasta excelentes sitios de pescado frito, pero eso se combina con una muy interesante cocina de fusión, de muchas culturas.

Tarifa, ahora que muchas ciudades buscan su identidad, me parece un ejemplo a seguir en eso del turismo. Tarifa es un tocino de cielo, como el que hacen en Bernal o en La Tarifeña. Es una ciudad que levanta pasiones. Será el Levante el que les ha dado esa bendita personalidad.

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