La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

Susana, líder por reclamaciónCuenta atrás

En la desolada cartelera del PSOE actual no aparece ningún candidato viable que haga sombra a Susana DíazQue nadie espere nada de ti es la mejor manera de conseguir no defraudar a ninguno

Susana Díaz está a punto de conseguir que su más que evidente ambición de ser la próxima secretaria general del PSOE se convierta también en una necesidad evidente para el PSOE. Lo único que fallará de su designio inicial es aquel deseo de conquistar el liderazgo por aclamación. No va a ser aclamada.Tendrá que conformarse con ser reclamada.

Ya la reclaman, de hecho, los barones territoriales casi sin excepción. Son sus grandes apoyos. En realidad, casi los únicos, porque la militancia está muy dividida. Una buena parte anda traumatizada todavía por la forma en que se defenestró a Pedro Sánchez y por la intervención notabilísima de Susana en la operación, y otra parte menor padece nostalgia de Pedro y ensueño de un pacto con Podemos. De los votantes socialistas, mejor no hablar: fuera de Andalucía no quieren al susanismo. Lo contrario de los votantes del PP, que la consideran la socialista más centrada, responsable y afecta a la unidad nacional.

Aunque los militantes, que son los que votarán en las primarias, no formen bloque en torno a Susana, su candidatura se beneficia de varios factores. Uno, el poder de los citados barones en sus comunidades. Dos, la influencia de Felipe González, Zapatero y otros ex dirigentes que siguen siendo escuchados. Tres, el activismo a su favor de parlamentarios y cargos medios de la organización, que van a decantarse por la opción menos arriesgada (Susana). Cuatro, el trabajo de estos meses de la comisión gestora, coincidente con el discurso susanista: una oposición responsable y útil, que arranca cosas al minoritario Rajoy, mejor que la aventura del no es no. Y quinto, pero fundamental, la ausencia práctica de alternativas a Susana Díaz en el desolador panorama del PSOE actual. Pedro es un cadáver, no sé si exquisito, y repasando la cartelera no salta de forma espontánea -único indicio de una candidatura viable- ningún nombre indiscutible que le haga sombra a ella. Tampoco Patxi López. Alguno saldrá, insisto. No habrá aclamación.

En su camino hacia Ferraz a Susana le queda pendiente una difícil tarea. Tiene que dejar amarrada su sucesión, tanto en el PSOE andaluz como en la Junta de Andalucía. Me temo que aún no ha asumido que no puede ser secretaria general del PSOE y presidir una comunidad autónoma. Es incompatible, injusto, insoportable materialmente y despectivo hacia los andaluces.

SE acerca inexorable el tiempo en que Donald Trump se hará cargo de la presidencia, y los peores augurios de sus rivales políticos crecen exponencialmente. Hay quien ve a la vuelta de la esquina la ruina del mundo, la crisis nuclear, la sumisión a Putin, el enfrentamiento con China, la involución en el progreso -otrora- inevitable, el hundimiento, el apocalipsis, el diluvio, el tsunami.

Le están haciendo un buen favor a Trump. Es lo que más rabia le da a la rabia: su homenaje implícito y sus inestimables servicios a aquello que odian. Seguro que Baltasar Gracián lo cinceló ya en alguna prosa suya diamantina o don Diego de Saavedra Fajardo, pero no recuerdo dónde. Que nadie espere nada de ti, habrán dicho en algún sitio nuestros politólogos del Siglo de Oro, es la mejor manera de conseguir no defraudar a ninguno, en el peor de los casos, y de sorprender gratamente al mundo, en cuanto algo bueno salga, que algo saldrá.

Supongo que el equipo de Trump estará recolectando los negros augurios que se hacen de su mandato. Cuando vayan a juzgarlo, encontrará numerosas maldiciones que no se cumplieron y podrá defenderse: "Salí bastante mejor de los que esperabais, tendríais que suspirar con alivio". Y qué no dirá el presidente norteamericano, tan amigo de presumir, si le da la vuelta a las profecías, como se las dio a los pronósticos.

Los nombramientos realizados hasta ahora demuestran un criterio muy libre, capaz de no achantarse ante los que reparten credenciales de normalidad democrática. Que Trump le coja el gusto a hacer libérrimos nombramientos en conciencia es lo que deben de estar temiendo, porque tiene que designar a numerosos jueces en varios escalones de la magistratura. Es probable que dé un sesgo conservador y pro-vida que dure decenios y que será perfectamente democrático, pues cumple con todos los requisitos legales y formales. Quién sabe si los que tiemblan por el fin del mundo no lo hacen, en realidad, por el de su mundo, en el que todos teníamos que ser progresistas.

Después vendrá la gestión, que le deseamos buena, en parte por el gusto de ver rabiar a los agoreros, y, en otra parte más racional, porque, si lo hace medio qué, nos beneficiaremos todos. Estados Unidos sigue siendo la locomotora del mundo. Trump parte con la ventaja de llevar, como en las elecciones, los pronósticos en contra. A poco que el mundo no explosione, muchísimos quedarán atónitos.

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