Cambio de sentido

Subsur

Las dos Españas: la cada vez más rica del Norte y la de Andalucía, donde se concentra la pobreza

Andalucía vuelve a liderar, un año más, la infausta lista de los pueblos y los barrios con más pobreza de toda España. En la tierra de la luz y la alegría estamos a la cabeza (con amplísima ventaja) en el número de personas que se ahorcan. 16 de los 20 pueblos con más miseria de todo el país son andaluces. Habrá quien se sorprenda al saber que son sitios de los que siempre se ha dicho que "allí hay mucho dinero" (la próspera Almería de los invernaderos, el Lepe fresero, puertos de mar, localidades turísticas o con casas muy blasonadas, el sitio de recreo de presidentes de Gobierno, municipios a la vera de parques naturales…). Sin duda hay jurdeles, pero muy poco repartidos entre los bolsillos de sus habitantes. La miseria no es sólo por la falta de dinero sino por una impeorable distribución de la riqueza. Según Oxfam, la pandemia ha abierto aún más esa brecha, haciendo más ricos a los más ricos. Por supuesto, el barrio number one de toda España, donde se concentra más pobreza y todas las desgracias que la misma acarrea, está en la ciudad que habito. Y el segundo, también. ¡Y el tercero! Sumo y sigo. En tasas de paro también somos los mejores: tenemos Linares, La Línea, Córdoba, Alcalá de Guadaíra, Huelva, Jerez, Sanlúcar o Granada en los mejores puestos del ranking. ¿Por qué no claman ante estas cifras esos a los que se les llena la boca de amor promocional a Andalucía? Somos el Sur del mapa, de todos los mapas. La riqueza sigue concentrada en el Norte, en todos los nortes: esta sí que es las dos Españas.

Habrá quienes todo esto no le duela, o que incluso culpen a las regiones más pobres de serlo; o lo nieguen, del tirón, sosteniendo que los pobres, en realidad, viven como Dios; o traten de atribuir al mito de la holgazanería andaluza la causa de esta desventura. En los pueblos y las ciudades de Andalucía hay personas que duermen bajo techado y comen algo a diario, pero poco más; no saben qué será de ellas a la semana siguiente. La caridad a la que hay aún quien apela -virtud que cada cual ejerce o no en conciencia- no es, desde hace siglos, una respuesta ni democrática ni justa ni digna. El único remedio está en denunciar y enmendar las causas estructurales, forjadas a lo largo de nuestra historia por el egoísmo y la mala fe, que desde hace mucho han hecho de este Sur -ay, Fernando Quiñones-un duro y eterno Subsur solar, "siempre curioseado, pisoteado/ y algo así como vagamente amado por/ los señores del Nor".

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios