NO sé si han observado que la mayoría de funcionarios de este país trabajan delante de un ordenador, y que, en el desempeño de sus funciones, no usan las piernas. Un desperdicio -a todas luces- en los tiempos de crisis que corren. Bastaría con unos simples acoples para que pudieran generar la energía que precisen, simplemente, pedaleando en sus asientos. El ahorro en electricidad y, dado el ejercicio, ahora que llegan los fríos, en calefacción, sería muy significativo para las magras arcas del Estado.

Obviamente, no conllevaría aumento salarial, aunque eso sí, se les podría cobrar algo por los innegables beneficios que supondría para su forma física y su salud.

Que el informe debe estar listo en la mañana, pedalea. Que necesitas imprimir un documento, pedalea. Para gestionar el correo electrónico, pedalea. Y así toda la jornada. Incluso se podría hablar de creación de empleo, si un monitor apareciera por cada negociado con música a todo volumen y gritara -como en los gimnasios- ¡vamos, vamos!, contara unas cuantas series, corrigiera posturas de espalda y piernas y adiestrara sobre la respiración.

Una medida que, por otro lado, permitiría que los partidos pudiesen seguir con sus habituales prácticas de nepotismo, porque siempre habrá algún cuñado o colega que tenga una empresa para llevar a cabo las inevitables reformas.

De inmediata implantación en las administraciones públicas, también es aplicable en el ámbito privado y, no lo duden, con 4 ideas como esta, salvamos al país. Y es que, en serio, ¡me están entrando unas ganas de votar al PP!