Al sur del sur

Javier Chaparro

jchaparro@grupojoly.com

Solidaridad

La vieja norma indica que nadie hablará bien de una institución si sus miembros no son los primeros en hacerlo

Con la silueta recortada del Peñón al fondo, Frank Bügler se enjuga las lágrimas mientras observa el revoltijo de hierros retorcidos y lona azul. Veinte minutos de vendaval en la mañana del viernes pasado bastaron para que se esfumasen su proyecto de vida y el de su familia, una treintena de empleos y una inversión de decenas de miles de euros. De nada sirvió que todos a una y en plena madrugada, formasen con los camiones y caravanas un círculo en torno a la enorme carpa para tratar de protegerla. Fue en vano. Las gruesas cinchas, desilachadas e inservibles sobre el suelo, no resistieron el embate. Afortunadamente no hubo heridos, aunque tampoco una póliza de seguro que cubra las pérdidas. El fin de semana pasado, el Circo Berlín había hecho una buena caja y esperaban repetirla ayer y hoy para compensar las pérdidas tenidas en jornadas anteriores en Málaga. La siguiente escala marcada en su calendario era Algeciras.

Alemán de nacimiento y miembro de la quinta generación de una familia dedicada al mundo circense, Frank lleva 24 años recorriendo España junto a su esposa, Esmeralda. Apenas dos horas después del desastre, sus hijos Hannelore y Frank, quienes también trabajaban en el circo, aguantaban el tipo con una entereza impropia de su edad, sin perder de vista a su padre.

En una ciudad como La Línea marcada por la huella del narcotráfico y el contrabando, esta tragedia ha tenido como respuesta inmediata la actitud solidaria de sus vecinos gracias a un joven, Rubén García Perea, quien de acuerdo con los afectados y con el Ayuntamiento ha puesto en marcha una campaña que pretende culminar el próximo día 24 con la celebración de un espectáculo en la plaza de la Iglesia, en el que artistas de la comarca participen de forma desinteresada para recaudar fondos en favor de los Bügrel. Con independencia del resultado, el intento merece un gran aplauso.

Quienes sentimos esta tierra y vivimos en ella su día a día somos conscientes de que esta perspectiva de los campogibraltareños, y de los linenses en particular, dista de la que se asoma habitualmente a los telediarios, en noticias contadas a la carrera y de forma parcial en 40 segundos. Y es precisamente por ello por lo que debemos subrayarla. Conviene recordar la vieja norma de la comunicación corporativa, según la cual nadie hablará bien de una institución o de una empresa (tampoco de una ciudad) si quienes la integran -además de actuar con espíritu crítico y de ponerse manos a la obra para sacarla adelante- no son también los primeros en hablar bien de ella subrayando sus aspectos positivos. Solo a partir de esa premisa es posible hacer camino.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios