Cambio de sentido

'Singles Day'

Doña Rosita la Soltera se regala a sí misma un iPhone, confundiendo la tarjeta de débito con el amor propio

En el santoral del consumismo, el pasado viernes se celebró, también en España, el Singles Day -en cristiano Día de los Solteros-, festividad exportada de la China en la que personas sin pareja abren (imagino que ante el espejo) un regalito que se hacen a sí mismas. Leo que el Singles Day ha superado las ventas del Black Friday y el Cyber Monday, los otros dos días del Año Ecommerce que relucen más que el sol.

Continúa en plena vigencia una gran ley no escrita: hay que tener pareja. La solterona y el "mocico viejo" eran antaño considerados seres infelices, dignos de lástima, y cumplían una función ejemplarizante: personificaban la desdicha. "Te vas a quedar para vestir santos", decían en el pueblo a modo de amenaza bíblica -lo que no me parecía del todo mal, teniendo en cuenta las esculturas admirables de nuestro barroco andaluz-. Ahora se suavizaron los contornos (no son sine qua non papeles, cura, ni heterosexualidades) pero el mandato social sigue siendo el mismo. La soltería se concibe como un estado incompleto, mendicante, desesperado. No tener pareja -o por lo menos amante- es como carecer de algo esencial. Aunque esta presión social afecta a cualquiera, cae con peso sobre las mujeres. Nunca fue lo mismo una solterona que un soltero de oro. El amor parejil es la gran especialidad femenina, un objetivo vital, nuestro remanso. Muchas series y películas nos entretienen con muchachas triunfadoras en su oficio, cosmopolitas, bellísimas… pero incompletas y loquitas por echarse novio.

El Singles Day -y hacer de lo single etiqueta, letrero luminoso o bandera-, más que contravenir la norma parece una estribación de la misma. Entro en la web Singles Sevilla. Salta en portada: "16 parejas sugeridas". A continuación se ofrecen cruceros, citas, fiestas y descuentos para solteros. Y un taller, sólo para mujeres: "Las claves de la atracción. Atrae a tu hombre". Infiero -llamadme sagaz- que la página es para singles que quieren ser doubles, aunque sea un ratito. Es lo single, además y por supuesto, un gran nicho de mercado. El pasado viernes, doña Rosita la Soltera se regaló a sí misma un iPhone, confundiendo la tarjeta de débito con el amor propio. Como si acaso no existieran otros muchos amores ni más cosas: la soledad sonora, la bulla de las calles, las buenas amigas, las malas compañías, los ratos regalados, cosas por las que jugársela, la memoria, el abuelo, la tarea, la vida por delante, las naranjas enteras.

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