La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Sánchez quiere ganar tiempo

Sánchez sólo pretende ganar tiempo temiendo que una inminente convocatoria de elecciones dé ventaja a C's

Afortunadamente vivimos tiempos de desapasionamiento político salvo en el griterío de algún debate televisivo que aborda los temas políticos con estrategias parecidas a las de su competidor en el mismo segmento horario, incluso poniendo frente a frente a buenos (los de izquierdas) y malos (los de derechas y centro, mezclados y revueltos porque para la izquierda todo lo que no sea ella es derecha si no extrema derecha), como si estos últimos fueran el eje del mal que en su día formaron Mila y los Kikos.

La indiferencia hacia la política es comprensible cuando, como ahora, esta se caracteriza por su falta de ideas, por la egoísta mediocridad de sus líderes y su partidista distanciamiento de los problemas reales de los ciudadanos (paro, pensiones, sanidad, educación, secuelas de la crisis) y de la nación (corrupción e independentismo). Esta creciente indiferencia no indica necesariamente irresponsabilidad o desentendimiento de la cosa pública por parte de los ciudadanos, sino su hartazgo y decepción ante los malos políticos y sus malas políticas. Por eso, en las encuestas del CIS aparecen la política y los políticos entre las mayores preocupaciones de los españoles, junto al paro, la corrupción (que por desgracia equivale a política y políticos), los problemas económicos y las pensiones.

Si la indiferencia es negativa, el desapasionamiento es positivo. Pone las ideas por encima de las ideologías, el pensamiento libre y crítico por encima del sometimiento doctrinario y da importancia a lo más importante, es decir, a los problemas concretos y cotidianos de los ciudadanos. El desapasionamiento político supone el fin del griterío y la agresividad, de momento limitados a las alcantarillas de las redes y los programas de telebasura política, y actuantes sólo en las estrategias de los crecientes, pero aun afortunadamente no mayoritarios, partidos de la izquierda populista. Mirémonos en Italia. La moción de Sánchez, que sólo pretende ganar tiempo temiendo que una inminente convocatoria de elecciones dé ventaja a Ciudadanos, únicamente puede salir adelante dando armas a los soberanistas catalanes y vascos, además de a los antisistema, en plena crisis catalana. El jueves y el viernes nos jugamos mucho. Rajoy, anunciando la convocatoria de elecciones cuando los plazos lo permitan y renunciando presentarse a ellas, y Rivera, oponiéndose a la moción, tienen la palabra.

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