Crónica Personal

Rivera aprieta

Albert Rivera no oculta su entusiasmo cada vez que un militante del PP llama a la puerta de su partido

Albert Rivera se ve ya en el futuro Gobierno, cuenta uno de sus colaboradores. Como presidente o como vicepresidente. El dirigente de C's se encuentra exultante tras el triunfo en Cataluña, no oculta su entusiasmo cada vez que un militante del PP llama a la puerta de su partido, el barómetro del CIS le ha satisfecho, aunque no le ha llevado a la euforia porque esperaba más, y aprieta a Rajoy con la amenaza de que puede provocar el adelanto electoral si no apoya los Presupuestos .

Decir que el PP está tranquilo sería mentir, aunque lo intentan recordando la situación vivida hace año y medio, cuando tras unas semanas en las que C's parecía representar el partido favorito del centroderecha, en las elecciones de junio de 2016 tuvo peor resultado que en las del diciembre anterior. La gente, explican, a la hora de la verdad prefirió votar al partido de Rajoy, que al menos le garantizaba seguridad económica.

Son conscientes en el PP del desgaste sufrido por Rajoy desde entonces, como son conscientes de que el presidente está obligado a tomar decisiones drásticas que permitan recuperar los muchos votos perdidos. Pero están convencidos de que Rajoy va a hacerlo mientras que la actual potencia que Rivera se irá diluyendo con el tiempo, porque se advertirá que es un político cuya estrategia consiste en promover lo que sabe que los españoles desean, aunque sin presentar la fórmula para sacar adelante lo que propone. Y señalan como último ejemplo la alianza con Pablo Iglesias para reformar la ley electoral, que no variaría sustancialmente el resultado obtenido con la ley d'Hont, o la amenaza de provocar el adelanto electoral rechazando los Presupuestos sin tener en cuenta que se pueden prorrogar. Y apuntan que hasta ahora el PP no ha respondido con suficiente contundencia a los ataques de Rivera porque le consideran socio, pero pondrán ya el acento en sus debilidades, empezando por el informe del Tribunal de Cuentas rechazando las presentadas por C's, y siguiendo por las exigencias que hace a los gobiernos regionales y municipales a los que apoya, con claras contradicciones según sea el partido que gobierna.

La batalla se encuentra en fase inicial, pero el ataque de Rivera a Rajoy en el que le acusó de financiar con el FLA las actuaciones independentistas de Cataluña abren la espita a que el Gobierno y el PP cambien de rumbo en sus relaciones con C's. Ciudadanos y Rivera aprietan y hasta ahora se le había respondido con la condescendencia que se reserva para los partidos con los que se firman acuerdos. Pero esa actitud se ha acabado: está en juego el resultado de las futuras elecciones municipales, autonómicas y generales, y si C's va a por todas, el PP va a ir también.

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