Rendirse no es perder

"No me siento solidario con quienes han hecho la Historia, sino con quienes la han sufrido"

En una guerra sólo hay dos fuerzas contrapuestas, la de quienes la desean, honran y hasta veneran, y la de quienes saben que la violencia genera víctimas que no deberían ser el precio obligado de nada. Sólo tiene dos salidas, o pierde Rusia y estaremos en Guerra toda la Tierra, o pierde Ucrania y hemos dejado morir a miles de personas para nada... Aquéllos no deben vencer, éstos no pueden. No es fácil, jugamos con nitroglicerina.

Estamos cayendo en la trampa ideológica de oponer naciones, formas de vida, esencias y creencias por encima de todo rasgo humanitario. Empiezo a tener mala conciencia no sólo por el dolor de la guerra sino por su estupidez. ¿No habría sido mejor la negociación, sí, la rendición digo, habiendo acordado previamente este aislamiento económico del agresor que parece ser tan efectivo hoy? No desvarío, si así los rusos hubieran seguido violando derechos humanos: yo habría dado tres días para evacuar la ciudad donde estuviera Putin y la habría arrasado.

Quiero que noten que estamos considerando la guerra como un medio para obtener resultados. Partiendo no de patrias ni formas de vida sino de la dignidad de cualquier ser humano, sin clasificarlo como amigo o enemigo, considerando que toda vida es importante y única y que no puede ser utilizada como moneda de cambio para nada, si la guerra se puede parar y evitar muertes, ¿qué protegemos con la supuesta defensa propia? No alcanzo a comprender la llamada a perder una hija por una idea...

Debemos evitar la tentación de hacer malos o buenos salvo a personajes concretos, porque el esfuerzo de la sensatez ha de tener como objetivo único evitar víctimas, no sea que descubramos que bajo la heroicidad estamos entregando carne humana a cambio de estabilidad de cosas.

¿Por qué hemos sacado del tablero la posibilidad de rendirse bajo el amparo del compromiso de toda una comunidad internacional dispuesta a derrocar y juzgar al agresor? ¿Sería cobarde salvar miles de vidas y no pagar un precio en sangre por tierras o empresas o poder? Yo soy cobarde. La labor de un gobernante no puede anteponer el Estado a su ciudadanía, porque aquél no existe sin ésta. Es un error de perspectiva que nos pone a matar o a ser matados, obnubilados por entes políticos que son sólo instrumentos para vivir mejor, no para el sacrificio. No me siento solidario con quienes han hecho la Historia, sino con quienes la han sufrido.

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