Gafas de cerca

Tacho Rufino

jirufino@grupojoly.com

Religión y machismo

Donde hay un mayor nivel de derechos más allá del papel, el ateísmo es la norma en la práctica

En los regímenes comunistas, eran las mujeres las que transmitían de forma más o menos secreta los principios religiosos: así fue en la URSS y, con una presión más caribeña, lo fue en Cuba; el caso de la China comucapitalista es digno de análisis aparte. Aunque hay más estudios falsos que verdaderos pululando por internet, el Pew Research -pata negra demoscópica- confirma que las mujeres son más practicantes. En los más pobres, el ateísmo es menor -y mucho menos declarado- que en el mundo desarrollado. Por comentar nuestro entorno, a pesar de las recientes riadas de nazarenos, crecientes año tras años, la mayoría de ellos -y cada vez más, ellas- son ateos funcionales con papeleta de sitio y capirote, y no hay nada más que ver los horarios de misa y el monumental vacío de las iglesias a diario, apenas salpicadas de ancianas. En los países islámicos pobres -la mayoría-, ay de quién se escantille con la observación de la severa religión, y los castigos y prácticas aberrantes recaen mucho más y con mayor dureza sobre las mujeres: aunque por poco, las mahometanas también viven la religión más que ellos. En Salvador o Brasil, las mujeres han visto en las religiones New Age cristianas una vía para sacar a sus hombres del generalizado abuso de alcohol y drogas: no ya por amor, sino por conservar sus propias vidas y vivir con alguna dignidad.

Cabe concluir, o al menos conjeturar con base: la religión es más femenina por puro machismo, o sea, desigualdad (feminismo es igualdad o no es nada, y muestra rasgos patológicos si se pervierte hasta el desafuero, lo cual suele pasar sólo en países en donde los derechos de la mujer están más amparados). Donde hay un mayor nivel de derechos más allá del papel, el ateísmo es la norma en la práctica. Aun así, en Estados Unidos, España u Holanda, por poner tres ejemplos, las mujeres son algo más religiosas. Esto no se explica por mayor peso funcional según sexos del hemisferio izquierdo o derecho del cerebro. No: se trata de que, aunque nos podamos dar aquí con un canto en los dientes, la estela de la desigualdad histórica tiene efectos de cola del cometa. El mundo hoy se explica tenebrosa y dolorosamente por la devastación natural y por la desigualdad, y la más dañina es la económica, a la cual va unida la desigualdad entre hombres y mujeres. Donde las vidas de todos son más similares y libres, y donde la indiferencia por la religión crece, las diferencias de género desaparecen gradualmente. La religión libre suele ser verdadero amor. La tierna beata era subdesarrollo.

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