No era una broma urdida en las redes. Desde que la caricatura en la que Sánchez ha convertido al PSOE metió a Unidas Podemos en el Gobierno la frontera entre lo serio y la broma se ha difuminado tanto como las que deben separar la información de la propaganda o la verdad de la mentira. Resulta que es cierto que la podemita directora del Instituto de la Mujer ha remitido esta carta a una pequeña empresa madrileña: "He tenido conocimiento, a través de una queja recibida en el Observatorio de la Imagen de las Mujeres, de la venta por su compañía de modelos de placas de puertas para habitaciones infantiles en las que se ofrecen versiones diferenciadas en función de si son para niños o niñas; representando piratas y héroes en el primer caso, con los mensajes Aquí duerme un pequeño héroe o Aquí duerme un pirata, y representando princesas en el segundo, con mensajes como Aquí duerme una pequeña princesa o Aquí duerme la reina de la casa. Este tipo de diseños (…) contribuye a fortalecer los estereotipos de género, vinculando a las niñas con el papel tradicional de princesas de cuentos y a los niños con roles vinculados a la acción…".

Dice el sentido común que una cosa es la diferencia y otra la desigualdad y la discriminación. Y que unos padres o unos abuelos tienen derecho a decirle a su hija o su nieta que es la reina de la casa (o si lo estiman más conveniente la presidenta de la república de la casa) sin por ello condenarla a una vida de sometimiento al varón confinada en la cocina por estarle vetadas todas las posibilidades profesionales reservadas a los hombres.

Pero hay algo más serio tras esto. Puestos a defender la dignidad de la mujer y condenar su utilización en roles sexistas y su reducción a caricatura sexuada esta señora podría escribir una cartita a las productoras "progresistas" de telebasura sobre los programas que perpetúan estereotipos mucho más ofensivos y humillantes. Pero -¡ay!- los presentadores de esos programas posan de progresistas. Y meterse con una pequeña empresa es más cómodo que arremeter contra un poderoso grupo de comunicación que además se dice "amigo". Porque junto a la telebasura emiten informativos y programas de debate digamos que poco objetivos. Por lo visto ser carnaza de telebasura es un envidiable destino para la mujer mientras que decirle a una niña que es la reina de la casa fortalece estereotipos de género.