Debe haber acuerdo de Gobierno. Los números dicen que tendrán que hacer encaje bolillos, pactar cada artículo de cada ley y decreto, pero el mandato de las urnas vuelve a ser tan nítido como el 28 de abril. Pese a su pose desganada durante la campaña, Pedro Sánchez ha vuelto a vencer en las elecciones generales y está llamado a amarrar los apoyos para ser presidente porque la derecha no suma de ninguna de las maneras. No hay más vuelta de hoja. La mudanza en la Moncloa debería esperar: más vale un mal acuerdo que una buena pelea, oséase, unas terceras elecciones.

La victoria del PSOE tiene una segunda lectura. Como ya hiciera de forma sibilina el socialista Miterrand, presidente de Francia entre 1981 y 1995, Sánchez ha puesto todo de su parte en favor de la irrupción de la ultraderecha y dividir así una bolsa de votos que hasta hace bien poco pertenecía por entero al PP. Pablo Casado ha atemperado su discurso, pero la levantera de Vox ha frenado su meritorio ascenso. Ahora tiene la papeleta de que el hermano pequeño no se le suba aún más a las barbas. Puede montarse a la grupa del caballo de Vox o sumar desde una oposición constructiva:la nueva financiación autonómica, la reforma educativa y la mejora de la Justicia son (deberían ser) objetivos prioritarios.

Ciudadanos se ha desplomado tras presentarse ante sus electores de centro como un partido estéril que, lejos de lo que pareció en sus prometedores inicios, ha dejado de ser útil para la gobernabilidad. La foto de la Plaza de Colón –junto al PP y, sobre todo, Vox– fue un punto traumático para Cs, aunque invisible hasta anoche a los ojos de Albert Rivera. Por responsabilidad –al igual que Podemos, aunque con argumentos distintos– debería dejar paso a un Ejecutivo de Sánchez pidiéndole tan solo una cosa: ni un paso atrás ante los independentistas.

La buena noticia para el Campo de Gibraltar es que volverá a contar con un representante de la comarca en las Cortes Generales. José Ignacio Landaluce –cuya elección había sido reclamada públicamente, incluso, por el socialista Ruiz Boix– vuelve al Senado como consecuencia de la debacle de Cs. Y todo ello sin minusvalorar al ministro Grande-Marlaska, cuyo compromiso con esta tierra, especialmente en materia de seguridad, ha sido patente a lo largo del último año.

Adenda: con el 0,08% de los apoyos, ¡Teruel existe! ha logrado un escaño. Ha conseguido 19.696 votos, es decir, menos de la mitad del censo electoral de La Línea

"¡Teruel existe! ha logrado un escaño. Ha conseguido 19.696 votos, es decir, menos de la mitad del censo electoral de La Línea"

o, lo que es lo mismo, la suma de los votos cosechados por La Línea 100x100 y el PSOE en las pasadas elecciones municipales. Servidumbres de la Ley D’hont.

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