Recuperaciones

Se han extraído del pasado vida y obra de dos personajes y de una familia que aguardaban su sitio en la memoria andaluza

Dada la inestabilidad reinante en las geografías políticas más próximas, quizás convenga enfocar otros tiempos por si se hallaran cuestiones más reconfortantes. Y, en efecto, coinciden en estos momentos en Andalucía tres recuperaciones que saldan deudas históricas que permanecían abiertas. Se han extraído del pasado vida y obra de dos personajes y de una familia que aguardaban su sitio en la memoria andaluza. Los vincula que dieron sus primeros pasos en el sur, pero se vieron obligados, a llevar a cabo su apreciable labor por otros lares. En sus respectivos campos: teatro, ópera y compromiso literario y político, abrieron nuevos y decisivos frentes. Constituyen, además, los primeros ejemplos de una actitud a la que serán empujados muchos otros andaluces: el exilio cultural. Es decir, el abandono de su tierra al no contar con oportunidades para experimentar su capacidad artística o sus ideas reformadoras.

En el primer rostro de este tríptico aparece Rosario Fernández La Tirana, conocida gracias al pincel de Goya, y al papel estelar que como actriz trágica desempeñó en los grandes teatros de la corte. Pero esta sevillana, nacida en 1755, a los 15 años debió abandonar su ciudad porque las representaciones dramáticas sufrían todo tipo de persecuciones. José María Martín Valverde sigue sus pasos en un libro (coeditado por el Centro de Estudios Andaluces y la Fundación José Manuel Lara), que es mucho más que una biografía, porque la riqueza de sus enfoques permiten adentrarse, con nuevos datos, en las luces y sombras de la conflictiva vida teatral del último tercio de aquel siglo. La segunda cara de esta triada, la suministra una investigación que se encadena con La Tirana y se extiende tres generaciones más, desde 1775 hasta el siglo XX. Su autor, Andrés Moreno Mengíbar, más que el brillante recorrido de una saga, reconstruye en Los García. Una familia para el canto (Centro de Estudios Andaluces) toda una epopeya operística, la más universal encarnada por unos artistas con orígenes en Andalucía. Cierra el tríptico, la recuperación que el Ayuntamiento de Utrera realiza en este año de la figura más necesitada de salir de tan injusto como deliberado olvido: José Marchena. Nacido en 1768, su pasión y entrega le situó entre los grandes nombres de la Francia revolucionaria. Su producción literaria no fue menos intensa y valiosa, pero el radicalismo de sus ideas lo había silenciado. Tres recuperaciones, pues, que pedían visibilidad, por la fuerza de sus ejemplos, en la cultura andaluza.

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