La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Raíz social de la violencia machista

Hay correspondencia entre desigualdad económica y de género, entre precariedad social y violencia machista

En los primeros seis meses de 2017 han sido asesinadas 29 mujeres. La última, el pasado sábado, en Sevilla. En 2015 fueron asesinadas 60 y en 2016, 44. Como ha dicho Rosa Aguilar, cada víctima de la violencia de género "debe recordarnos que esta lacra social es un problema de todas y de todos, que no podemos mirar hacia otro lado, que debemos unirnos como sociedad para que no se produzca ni una más". Se producirán más, desgraciadamente, porque no nos uniremos suficientemente como sociedad para acabar con esta lacra social que antes que nada es una tragedia personal que afecta a la víctima y a su entorno familiar. La mujer asesinada en Palmete tenía tres hijos que ahora se encuentran en una situación dramáticamente desamparada. Su madre ha sido asesinada por su padre. La forma más traumática de total orfandad. ¿Qué será de ellos? Si es difícil crecer y tener la posibilidad de construirse un futuro en entornos social y económicamente precarios, es desolador pensar en la situación de los hijos de la mujer asesinada.

Pero a la vez que una tragedia personal es en gran medida fruto de una tragedia social: la desigualdad. El barrio en el que se ha cometido el crimen pertenece al distrito Cerro-Amate, que incluye tres de los barrios más pobres de España. La violencia de género, además de entroncarse con el carácter violento y la maldad que forma parte de la naturaleza humana, es una expresión extrema de dos desigualdades: la que se da entre hombres y mujeres, y la que se da entre niveles de renta y condiciones de vida. Es conocida la cita de Bertold Brecht: "En los países democráticos no se percibe la naturaleza violenta de la economía, mientras que en los países autoritarios lo que no se percibe es la naturaleza económica de la violencia". Lo más urgente con relación a la violencia de género no es solo la educación en valores que la prevenga en el futuro ni los mecanismos de protección que lo hagan ahora, sino también la erradicación de las condiciones sociales y económicas en las que se da con mayor frecuencia. Porque hay una estrecha correspondencia entre las desigualdades económicas y las de género, entre precariedad social y violencia machista.

Mientras escribo este artículo salta la noticia: otra mujer asesinada, esta vez en Salou. Rectifico: en los primeros seis meses de 2017 no han sido asesinadas 29 mujeres, sino 30. Y aún faltan cinco días para que termine.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios