Queridos Reyes Magos

Como buenos pajes de los Reyes Magos debemos tener muy claro que la diferencia siempre enriquece

Muchas gracias por todos esos regalos que esta noche vais a repartir entre nuestros niños y niñas. Gracias por esta noche de ilusión no solo de los más pequeños, sino de todos nosotros. Los adultos en estas fechas nos acordamos de vosotros para solicitar regalos, favores, gracias, donativos, pero no como niños, sino como organizaciones o asociaciones que para subsistir tienen la necesidad de las subvenciones, o como municipios, localidades e incluso países fallidos que sin la ayuda exterior no pueden sobrevivir.

Queridos Reyes Magos, yo creo en vosotros, en vuestra ilusión, en vuestra magia. Pero también creo que para poder realizar bien vuestro trabajo necesitáis muchos pajes, pajes de todas las edades, en todos los rincones, en todos los momentos. Aunque creo en la magia de los Reyes Magos, no creo en las varitas mágicas y me pregunto: ¿Qué podemos hacer por los Reyes Magos? ¿Cómo puedo/podemos ayudarlos?

El primer paso que como paje de los Reyes debemos hacer es dejar que cada uno realice su trabajo: las fuerzas de seguridad proteger nuestros derechos y libertades; los profesionales de la sanidad nuestra salud; el profesorado la educación; los jueces la justicia…

Hablar de cualquier cosa es relativamente fácil, pero entender realmente del tema es muy difícil. Por ello debemos confiar en la labor, en la profesionalidad de los otros. Como maestro entiendo muy poquito sobre las vacunas, pero si los responsables de la salud lo indican, debemos usarlas. Recuerdo, no hace mucho, las discusiones sobre el uso de los cinturones de seguridad, sobre su utilidad, incluso algunos indicaban que con el cinturón se podía perder la vida. Ahora todos los usamos, y el que no, multa.

Como buenos pajes de los Reyes Magos debemos tener muy claro que la diferencia enriquece. Cada Rey Mago es de una cultura distinta, de una nación diferente, representa a distintas etnias, pero todos en igualdad. A los pajes les pasa lo mismo, entre ellos son muy dispares, pero todos trabajan por el mismo fin ilusionante.

La mayor diferencia que vivimos en nuestra sociedad es la generacional. Pero cuando se unen en el mismo trabajo, con la misma ilusión, se crea auténtica magia. Como ejemplo de ello Cold Heart, de Elton John y Dua Lipa. La mezcla del ayer y el hoy, del teclado electrónico de Pnau con el piano tradicional de Elton, son las herramientas de este gran éxito. Elton no se ha repetido, sino que se ha combinado con la juventud.

Como buenos pajes de los Reyes Magos debemos hacer eso, no repetirnos, aunque sí combinarnos. Dejarnos contaminar por la juventud, acompasar nuestro paso maduro a su ritmo adolescente. Todo ello en libertad y responsabilidad.

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