Crónicas Levantiscas

Juan Manuel Marqués Perales

jmmarques@diariodecadiz.com

Puerta grande...

Es posible que Inés Arrimadas sea la competidora de Rivera si los resultados del 28-A no salen

Puerta grande o enfermería. Albert Rivera será presidente, o vicepresidente, del próximo Gobierno o tendrá en mandar a Ciudadanos a una revisión tan completa que o será otra cosa o no será. Tal como comenzó la campaña de las elecciones andaluzas, Ciudadanos ha marcado una línea roja delante de Pedro Sánchez y del PSOE. Esa alianza ya no será posible. Albert Rivera se ha empleado con contundencia, no es que rechace un acuerdo con el PSOE si Sánchez también necesita el voto independentista, sino que lo está invalidando para siempre por los últimos meses. No hay pacto posible por parte de Ciudadanos con ningún partido de izquierdas, sólo con los situados a su derecha, incluido Vox.

Cuando Ciudadanos se presentó a las elecciones andaluzas, Rivera no había explicitado su posible confluencia con Vox ni se había fotografiado con Santiago Abascal en la plaza de Colón. El giro no es radical, pero sí supone un repliegue hacia las posiciones más conservadoras con la esperanza de sumar más votos españolistas. En estos comicios no sólo hay un eje de decisión entre la izquierda y la derecha, sino entre el españolismo y las posturas más dialogantes con los nacionalismos periféricos. La ola españolista que se vio en Andalucía en diciembre, me cuentan, es una marea tonta del Mediterráneo al lado de lo que se está levantando por Castilla-La Mancha y Extremadura.

Es la estrategia de Rivera. Si le sale bien, gobernará y aspirará a liderar la derecha. Si no suma con PP y Vox, Ciudadanos tendrá que reformarse -si puede- para volver a aspirar a ser un partido de la centralidad. O no ser.

Como estas elecciones van de eso, de puerta grande o enfermería, Rivera necesita una nómina donde estén los candidatos con mayor atracción, y el que más es Inés Arrimadas. La dirigente jerezana encabezó la lista más votada en Cataluña, pero después no ha sabido sacar partido a ese potencial de parlamentarios, no ha podido abrir una brecha, sólo es la jefa de la oposición. Desvincularse del Parlament en estos momentos es una operación complicada, por el compromiso que ha adquirido con sus votantes, pero no es más cierto que ese tique naranja, formado por Rivera y Arrimadas, es muy poderoso. Si no una garantía de éxito, una demostración de arrojo.

Ahora bien: la tensión interna en Ciudadanos es intensa desde la fotografía con Vox. Grave, y es posible que Inés Arrimadas sea una posible competidora de Rivera si los resultados no fuesen demasiado buenos. La operación Inés levanta recelos.

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