La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Ponga un garzón en su vida

Bien está preocuparse por el planeta. Pero de ahí a ligar su extinción a los peos de las vacas va un trecho

Si quiere quedar bien, ponga un Garzón en su vida. Por mal que usted lo haga, él siempre lo hará peor. Por muchas tonterías que diga, él siempre dirá más. Por muchos ridículos que haga, él siempre hará más. No debería haber líder de un grupo humano, sea de la naturaleza que sea, que olvide reclutar un Garzón para su equipo. Pero si lo que hará será comprometerlo con sus simplezas y meteduras de pata, dirá un inocente. No, amigo mío, no, hará justo lo contrario: convertir las limitaciones de usted en aptitudes, su grisura en color, sus errores en aciertos, su limitada inteligencia en deslumbrante ingenio. Garzón a Sánchez y a este Gobierno equivale a las alzas que se ponían Humphrey Bogart, Alan Ladd y otros actores bajitos para parecer más altos, la tarima a la que los subían para que besaran en primer plano a actrices más altas que ellos. Es fácil parecer inteligente, trabajador e ingenioso si se tiene en el equipo a alguien como Garzón. Hasta casi la risa se le escapó a Sánchez cuando dijo para desautorizar a su ministro: "A mí, donde me pongan un chuletón al punto… Eso es imbatible". Y tras él entraron en tromba casi todos los ministros socialistas desautorizando a su compañero de Gobierno.

¿Por qué lo nombró, entonces? Cosas de los pactos. Y quizás de la estatura intelectual. Garzón es un alza, una tarima, para Sánchez y sus ministros socialistas. Vean su vídeo "menos carne, más vida", una de cuyas joyas es esta: "Estoy preocupado… Sin planeta no tenemos vida, no tenemos salarios y no tenemos economía. Y nos lo estamos cargando". No creo que nadie, desde Zoroastro y el Apocalipsis de Juan hasta La carretera de Cormac McCarthy haya ligado el fin del mundo a la extinción de los salarios. Es cierto, desde luego. Sin planeta tierra no habrá vida (al menos en él, otra cosa son las criaturas extraterrestres que estos días tienen ocupado al Pentágono). Y sin vida, nadie puede dudarlo, no habrá salarios ni economía. En esto nadie puede llevarle la contraria. Bueno, una economía si habrá, la de la salvación, y un salario será retribuido a cada cual según sus obras en esta vida. Pero, como buen comunista, estas cosas no cuentan para Garzón. Su preocupación es que sin planeta no haya salarios. Bien está preocuparse por el planeta. Y más aún por los salarios. Pero de ahí a ligar el fin del mundo a los peos de las vacas y los filetes va un trecho.

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