La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Picasso y Braque en los muros

Den los mayordomos trabajo a las imprentas para que no muera el calendario mural de las convocatorias de cultos

Tiene que estarse dando un florecer de mayordomos tacaños. O de community manager cofrades, especie que se multiplica cual conejo en la actual deriva de algunas hermandades en empresas y de la Semana Santa en negocio. Lo digo porque cada vez son menos las hermandades que mandan imprimir y pegar sus convocatorias de cultos. Lo que supone la pérdida de una de las más modernas obras de arte de la ciudad: los collages en las puertas de las iglesias.

Recién pegadas son el más hermoso calendario para quien conozca el segundo nombre sevillano de sus meses. Para mí enero es Gran Poder, Pasión y Silencio en el Desprecio de Herodes; febrero, Calvario y Amargura; marzo, primer viernes en San Antonio Abad... Así hasta el noviembre de las convocatorias de Todos Los Santos -blanco, azul y rojo- y la Presentación, y el diciembre inmaculista macareno.

Después el tiempo hace la obra de Braque, Picasso o Gris convirtiendo los carteles rotos y superpuestos en collages que nada tienen que envidiar a las Naturaleza muerta con silla de rejilla, Cabeza de mujer o Bodegón con persiana que estos maestros crearon. Entre el fin de la Semana Santa, y con ella de la efervescencia cartelística cuaresmal, y mayo se produce un tiempo de desgaste y rotura de convocatorias que crea la primera gran exposición al aire libre de papiers collés. Aunque la gran estación expositiva es la que va de junio a octubre, por ser en la que menos cultos se anuncian y más creativas composiciones hacen el tiempo y el sol inclemente. En los mejores se asoma un cachito de quinario de enero entre los restos de los cultos de Cuaresma que a su vez emergen de entre los de las Glorias.

Pero he aquí que entre la tacañería de los mayordomos, su confianza en la eficacia de los community manager y lo baratito que sale confiarlo todo a las redes, cada vez menos hermandades anuncian sus cultos a través de esas convocatorias cuyas orlas, dibujos o fotos y tipografía -si no ha intervenido un moderno o un esteta historicista- anuncian los meses de la ciudad con la fidelidad de un calendario Myrga, del Corazón de Jesús o de Fray Leopoldo y crean, al superponerse y rasgarse, esos modernos collages. Ruego a los mayordomos desde aquí que sean más generosos y den trabajo a las imprentas y a quienes los pegan. Para que no muera este calendario ciudadano de las convocatorias de cultos pegadas en los muros de las iglesias.

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