Al sur del sur

Javier Chaparro

jchaparro@grupojoly.com

Perdemos el tren

El galimatías de esta semana prueba la pérdida de peso del PSOE-A en el conjunto de la organización y de sus desastrosas consecuencias

Había muchas esperanzas depositadas en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2021, una sensación de ahora o nunca a la vista del caudal de dinero que la Unión Europea ha puesto en manos de España, nada menos que 200.000 millones de euros entre 2021 y 2027, para afrontar con inversión pública la crisis derivada de la pandemia. Estábamos particularmente expectantes ante el dinero que pudiera llegar a las obras de construcción del tramo Algeciras-Bobadilla, final de trayecto de los corredores ferroviarios Mediterráneo y Atlántico diseñados por la UE como columnas vertebrales del sistema de transporte europeo de pasajeros y mercancías. A nadie se escapa a estas alturas que llevamos décadas de espera para la mejora completa de esos 77 kilómetros claves, que conectan al Puerto de Algeciras, una de las principales puertas de Europa, con el resto del continente.

Las ilusiones se vinieron abajo después de estudiar del derecho y del revés las cuentas presentadas por el Ministerio de Hacienda: 35,7 millones de euros, una cifra ridícula en comparación con los 500 millones que aún son precisos para completar un proyecto que, además, ha ido menguando con el paso de los años y que se ha quedado en su mínima expresión: sin que su electrificación esté garantizada siquiera para 2030 (tal y como la Comisión Europa se ha encargado de denunciar), sin doble vía para permitir la circulación simultánea de trenes en ambos sentidos y sin nuevo trazado. Es decir, casi igual que lo dejaron construido los ingleses en el S.XIX.

Las tardías, contradictorias y alambicadas explicaciones dadas a posteriori sobre la existencia de un fondo adicional de 264,3 millones -que no aparecen explicitados para la Algeciras-Bobadilla en el proyecto de PGE, sino enmarcados en una partida global destinada, atentos, a la construcción de corredores de Alta Velocidad (¿?)- nos conducen más a una cuestión de fe que a una prueba real sobre la voluntad inversora en el ámbito de las infraestructuras del transporte en el Campo de Gibraltar por parte de este Gobierno, tan discreta a la vista de los resultados como todos los anteriores.

¿Por qué dividir una misma obra en dos partidas presupuestarias que poco tienen que ver? Si de verdad se quisiera poner luz en este asunto, bastaría con que en el trámite de enmiendas en el Congreso, y para tranquilidad de todos, se tomasen esos 264,3 millones y se situasen bajo el epígrafe Algeciras-Bobadilla bien destacado. Así sí sumarían los 300 millones proclamados. Fácil. De no ser así, se mantendrán por sobrados motivos las dudas sobre el Presupuesto de 2021 y sumaríamos más motivos para concluir que, en la feroz competencia abierta en el sistema portuario español, son Valencia y Barcelona quienes están ganando el pulso en detrimento no solo del Campo de Gibraltar, sino del conjunto de Cádiz y de Andalucía.

Comentario aparte merece el papel de los representantes socialistas de la provincia y de la comarca, ajenos por completo a los planes del Ministerio de Fomento en una materia tan trascendente como el desarrollo del ferrocarril. El galimatías de esta semana es una prueba más de la pérdida de peso del PSOE de Andalucía en el conjunto de la organización y de sus desastrosas consecuencias.

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