Pequeña flor

La joven política gibraltareña Fleur Hassan es vicealcaldesa de la ciudad de Jerusalén, en Israel

Hace unas semanas, Maya Siminovich entrevistó a la joven política gibraltareña Fleur Hassan, cuyo nombre, flor en francés, está inspirado -ella misma lo dice- en una serie de televisión de los años setenta. Le gustó tanto a su padre, Joshua Abraham, que lo quiso para ella, primera de las dos hijas de su segundo matrimonio, contraído en 1969 con Marcelle Bensimon, judía marroquí como los antepasados de Joshua. Los orígenes de los habitantes del Peñón están determinados por las migraciones mediterráneas de los primeros años del siglo XVIII y seguramente encontraríamos, como señalan algunos autores, una ascendencia maltesa en la familia Hassan, pero lo relevante son sus raíces inmediatas, sefardíes y franco-marroquíes.

Salvador, que era el nombre comúnmente utilizado por Hassan, fue un político dotado de grandes habilidades, que diseñó una identidad para los gibraltareños. Por lo que puede extraerse de su larga ejecutoria política, se propuso acoplar esa identidad a la británica, en tanto en cuanto las circunstancias permitieran acceder a la independencia a través de la autodeterminación. Creó junto a otros paisanos en 1942, la Asociación para el Desarrollo de los Derechos Civiles, después de quedarse en la colonia, alistándose en la Gibraltar Defence Force, lo que evitaría que fuera evacuado en 1940, como ocurrió con la inmensa mayoría de sus paisanos. Es sabido que Gibraltar es una especie de república de bufetes; pues bien, el que fuera el primer Chief Minister de la Historia creó en 1939, cuando aún no había cumplido los 25 años, el que es hoy el más importante de esos bufetes: el Hassans International Law Firm Ltd. A él pertenecen, como socios, Picardo y su esposa Justine, y en él trabajan jóvenes abogados españoles pertenecientes a conocidas familias del Campo de Gibraltar. De hecho, es el bufete por excelencia del Gobierno de la colonia.

La hermana de Fleur, Marlène, es diputada en el Parlamento de Gibraltar. Y Fleur es vicealcaldesa de la ciudad de Jerusalén, en Israel. "España es colonialista con respecto a Gibraltar", dice Fleur, en un alarde de ferviente patriotismo. ¿Qué diría?, me pregunto, si le pidieran opinión acerca del registro del Tratado de Utrecht que dice: "Su Majestad Británica, a instancia del Rey Católico, consiente y conviene en que no se permita por motivo alguno que judíos ni moros habiten ni tengan domicilio en la dicha ciudad de Gibraltar".

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