Al sur del sur

Javier Chaparro

jchaparro@grupojoly.com

Pensionistas de Gibraltar

Alfonso Dastis ha vuelto a acertar al reaccionar con flema inglesa ante las amenazas de Joseph Garcia

Desde hace muchas decenas de años, y salvando el paréntesis durante el que la Verja estuvo cerrada a cal y canto (1969-1982), miles de españoles se encaminan a diario a Gibraltar para trabajar en los más diversos oficios. Con su esfuerzo, han ayudado y ayudan de forma decisiva al desarrollo de la economía del Peñón, pagando allí sus impuestos correspondientes y contribuyendo a su sistema de pensiones. Al término de su vida laboral y como en cualquier país civilizado donde impera la ley, esos trabajadores se habrán ganado a pulso el cobro de una merecida pensión que, en cualquier caso, no se tratará de una prestación graciable al arbitrio de la autoridad de turno, sino de un derecho consolidado. Así pues, ¿cómo cabe interpretar la amenaza lanzada por el viceministro principal de Gibraltar, Joseph Garcia, de suspender el pago de dichas pensiones de jubilación?

Como cuestión previa, digamos que Garcia basó su anuncio en la existencia de "informes jurídicos" que avalarían la paralización del pago de las pensiones a los ciudadanos comunitarios en caso de que España decidiera, tras el Brexit, ejercer su derecho a veto sobre cualquier futuro acuerdo comercial entre la UE y Reino Unido que incluya a Gibraltar. El viceministro podría aclarar, en primer lugar, qué tiene que ver el pago de las pensiones con los tratados comerciales internacionales y, de paso, mostrar esos informes y desvelar quién los avala. A lo mejor se trata de los mismos expertos que les aseguraron que Gibraltar podría continuar en la UE pese al Brexit. Y en segundo lugar, sería de agradecer que retirase sus alusiones a los pensionistas españoles como víctimas de "un potencial efecto secundario no deseado", equiparándolos a rehenes bajo su custodia en un conflicto inexistente.

Esta vez les ha tocado a los pensionistas, como antaño a los pescadores. Es, precisamente, el enfrentamiento con España la estrategia que guía los pasos del Gobierno del Peñón, al que ni mucho menos hay que confundir con el pueblo gibraltareño. Fabian Picardo tuvo en García-Margallo un adversario que le venía como un guante, genial para el cuerpo a cuerpo público y para espolear a los más radicales de uno y otro lado. Pero con Alfonso Dastis el escenario es otro. El ministro de Exteriores ha expresado en más de una ocasión que España no tiene intención de vetar acuerdo alguno entre la UE y Reino Unido y que su objetivo es más bien potenciar el diálogo con el Peñón, salvaguardando a los trabajadores transfronterizos y relanzando, por ejemplo, la negociación sobre el uso conjunto del aeropuerto de Gibraltar. También ha acertado al reaccionar con flema inglesa ante Garcia. Será curioso observar cómo se las apañan para justificar esta vez al viceministro los habituales palmeros y agradaores.

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