Pensamientos duales

05 de septiembre 2023 - 00:00

Vengo a hablarle de las contradicciones de la vida en general, y de las mías en particular, si usted tiene tiempo. Vengo porque sé que usted no se asusta de nada. A estas alturas comprendo que esté de vuelta de un montón de cosas. Lo mismo las cuestiones que le voy a plantear no las vive con la intensidad que lo hago yo. ¿Puedo comenzar? Gracias.

Dígame usted por qué esa gente que siempre fue más papista que el Papa no puede ver al papa Francisco. ¿Qué daño les ha hecho un hombre tan bueno? No quiero pensar que los más papistas que el papa hayan perdido la fe. Tiene que ser otra cosa. Yo me pongo a pensar y le doy vueltas a todo esto y me digo que no comprenderán bien el evangelio, o que no meditarán sus textos. En un momento dado, me riño y digo que no soy yo quien reparte los carnés de creyente. Disculpe esta entrada, aunque es la que me preocupa más. Soy muy de Jesucristo y me duele el comportamiento anti-papa de esa gente que está todo el día a golpes de catolicismo tridentino.

La segunda contradicción que quiero plantearle es acerca de las nuevas tecnologías. ¿No le parece a usted que estamos dejando de ser humanos para transformarnos en robots amnésicos? Si las nuevas tecnologías surgieron para facilitarnos la existencia, a qué viene el complicárnosla cada día más. Yo he dejado de tener curiosidad, y además no me interesan tantos términos en inglés y tantas tonterías para llegar antes no sé a dónde. Con tantas prisas, moriremos pronto. Para colmo viene ahora eso de la Inteligencia Artificial. Usted verá la que se va a liar. Dicen que son robots que piensan. Eso está bien, por lo menos habrá alguien que piense en algo más que en ir a comprar. Me muero de risa, pero usted está muy serio.

La tercera cuestión está relacionada con el tiempo, el atmosférico. Nada de filosofía. A usted le parece normal que con tantos adelantos ninguna de las llamadas apps acierte. Con dibujitos te dicen: está lloviendo, abres la ventana para saludar a la lluvia y te deja en la más profunda ceguera un sol de justicia. Si no te dijeran nada, sería mejor. Aciertan más las cabañuelas que ellas.

De mi vida personal poco puedo contarle, desde que nací soy una representante de la contradicción más pura. Quería hacer medicina, y estudié arte. Quería quedarme soltera, y me casé dos veces. Ni una más. Odiaba dar clases, y es de lo que vivo. Me repugnaba el salmón, ahora lo como a diario por lo del Omega tres, que debe ser muy importante. En fin, sobre mi vida espiritual he de decirle que ahí no hay contradicción que valga: “Por sus obras los conoceréis”. O mejor, “Tuve hambre y me disteis de comer… estuve en la cárcel y vinisteis a verme”. Lo que dice el Papa, D. José.

–Gracias por su sinceridad. Seguiremos dialogando.

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