Al sur del sur

Javier Chaparro

jchaparro@grupojoly.com

Peligro de incendio

Hay que invertir más en las personas, en seguridad y en la Justicia porque el principio de autoridad continúa en grave peligro

Si los plazos se cumplen, y no hay motivos para pensar lo contrario, La Línea de la Concepción contará a lo largo de los dos próximos años con una serie de nuevos equipamientos públicos que, de la mano de su Ayuntamiento, cambiarán la imagen de un municipio abandonado durante décadas por las administraciones supramunicipales y marcada por problemas de sobra conocidos por todos. Al ya reinaugurado teatro La Velada se sumarán la remozada plaza de toros como centro multiusos, el estadio Municipal, la reforma de los Jardines Saccone, una ciudad deportiva con pista de atletismo en la zona norte y el Mercado de la Concepción, que ayer cerró sus puertas para someterse a una serie de obligadas mejoras. Todo ello, acompañado de un nuevo PGOU llamado a diseñar una nueva ciudad y a poner orden en el tremendo desaguisado urbanístico de las barriadas, especialmente las más periféricas.

Queda más por hacer, por supuesto que sí. En los últimos cinco años, desde la llegada del ministro Grande-Marlaska a Interior, se ha venido actuando mucho y bien contra las múltiples organizaciones criminales que operan en la zona del Estrecho. Ahora bien, estas mafias están no solo están volcadas en el tráfico de drogas de todo tipo -hachís, cocaína y marihuana, principalmente- sino también en mantener un sustrato social bajo el que enmascararse y cobijarse. El Plan Especial de Seguridad ha servido para que la Guardia Civil, la Policía Nacional y también, aun dependiendo de Hacienda, Vigilancia Aduanera, planten cara con eficacia a esas redes, pero sigue pendiente una enorme tarea en materia educativa, de formación profesional y de empleo. En términos generales, de atención específica hacia esas capas de población cuyo día a día gira en torno a un microcosmos pernicioso. Los expertos coinciden: hay ya una o dos generaciones perdidas; el reto ahora es lograr que la tercera y siguientes no sigan el mismo camino.

Las ONG de toda la comarca y los sindicatos policiales lo vienen denunciando desde hace años. Lo hicieron, por ejemplo, en mayo pasado, tras aquellas tres noches consecutivas de disturbios en La Línea, y lo han vuelto a hacer a raíz de los incidentes ocurridos el pasado día 22 en La Atunara, en los que una turba agredió gravemente a un policía nacional. Desgraciadamente, no son "hechos esporádicos", como expresó Grande-Marlaska, contagiado quizá por el espíritu de sus antecesores. Esa violencia es un fenómeno que se extiende a otras zonas marginadas del Campo de Gibraltar, con riesgo de generar un gran incendio a poco que salte una chispa. Hay que invertir más en las personas, en seguridad y en el ámbito de la Justicia porque el principio de autoridad continúa en grave peligro.

Los Presupuestos Generales del Estado para 2022 saldrán adelante gracias a los miles de millones de euros destinados a las comunidades gobernadas por los nacionalistas, aunque en esas cuentas poco o nada hay de lo prometido en materia social para el Campo de Gibraltar. Lo mismo cabe decir del proyecto presupuestario de la Junta, raquítico para la comarca en ese mismo apartado y sin ese comisionado especial que tanto reclamaba el PP cuando estaba en la oposición. ¡Ay! Lo malo de todo es que, cuando suceda ese incendio, volveremos a escucharles las mismas recetas que hoy no aplican.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios