La semana pasada contemplamos como el Presidente del Gobierno, como anfritrión de la cumbre de la OTAN, fue el adalid defensor de esta organización. La conclusión de la cumbre fue: "Reforzar las capacidades de la Alianza. Para ello, los representantes de los países miembros coincidieron en la necesidad de incrementar el gasto y las inversiones en defensa y seguridad." Sin embargo dos ministros del gobierno han expresado su oposición.

En el mundo del cómic el nivel del superhéroe se mide por la importancia de sus villanos. En la vida real pasa lo mismo. Tradicionalmente el gran villano de las izquierdas ha sido el "imperialismo americano" y su "brazo armado", la OTAN. Este espíritu anti-OTAN lo hemos tenido muy presente en la provincia de Cádiz y en el Campo de Gibraltar. La letanía de "OTAN no, bases fuera" ha sido cantada en las múltiples marchas a Rota. Lo mismo ha ocurrido cada vez que ha fondeado un submarino nuclear en la base militar de Gibraltar.

Coincido con Irene Montero: "hace falta más dinero en sanidad o educación que en armas"; lo que no tengo tan claro es el concepto civil de la defensa que expone Alberto Garzón. Antes que el gasto militar está sanidad, educación, cultura, deporte, justicia, vivienda, trabajo, comercio…

Pero existen momentos en la Historia donde todo se puede perder por no haberlo defendido, donde tiene que imperar más la razón que el corazón. Antes hospitales que cañones, pero sus quirófanos no pudieron repeler los proyectiles que tuvieron como diana dos hospitales de Mikolaiv, uno de ello pedriático. Prefiero los colegios a los destructores, pero la escuela de Belogorovka en Lugansk, educadamente no pudo parar el bombardeo que la destruyó. Me gustan más las risas de una comedia que las carcajadas de una ametralladora, pero los libretos no pudieron suspender el bombardeo contra el Teatro Dramático de Mariupol. El sonido de un balón es más agradable que el chirriar de un tanque, pero ninguna buena jugada pudo regatear la destrución del pabellón Avangard, emblema del baloncesto ucraniano…

Los americanos se autoproclaman guardianes de la paz mundial, vigías de la democracia. Europa, sin alardeo, demuestra diariamente que el desarrollo democrático de libertades y derechos se marcan en este viejo continente y no en el nuevo mundo. El desarrollo europeo avanza, pero al igual que lo es jurídica y económicamente, también lo debe ser defensivamente. La política común de seguridad y defensa (PCSD) no ha crecido para dar respuesta a la actual situación, es una tarea por realizar, por ello, no queda más remedio que "incrementar el gasto y las inversiones en defensa y seguridad" dentro de la OTAN.

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