Alto y claro

José Antonio Carrizosa

jacarrizosa@grupojoly.com

Noticia mala: Vox existe

Andalucía, donde el PP ha sido incapaz de ganar, va a ser el primer lugar donde se deje sitio a la extrema derecha

Noticia de los últimos días de campaña: Susana Díaz da carta de naturaleza a la entrada de Vox en el Parlamento andaluz y convierte esta circunstancia, aún por confirmar, en eje de su confrontación con los dos partidos que quedan a su derecha. La presidenta de la Junta, por tiempo dedicado y pasión por la política, se ha hecho una experta en analizar las tripas de las encuestas. Si Susana ve ya a la extrema derecha sentada en el Hospital de las Cinco Llagas -el Parlamento andaluz sería la primera institución en la que logra estar representada- es porque, más allá de las estrategias coyunturales de estos días, algo deben decir las tendencias de opinión pública al respecto. De paso, lógicamente, la candidata socialista lleva el agua a su molino y aprovecha para las dos cosas que le puede venir bien este despunte de la extrema derecha: dar un poco de miedo a un electorado propio que parece estar adormecido y, sobre todo, desgastar a sus rivales más directos, PP y Ciudadanos, con la insinuación de que están dispuestos a llegar a acuerdos con tal de sacarla a ella del poder. Y lo está consiguiendo, ni Juanma Moreno ni Juan Marín se atreven a desmarcarse claramente, no vaya a ser que pasado mañana tengan que sentarse con los hasta ahora han sido unos proscritos políticos.

Pero al margen de las consideraciones puramente de campaña, la irrupción de una fuerza como Vox y lo que ella representa en el panorama andaluz no deja de tener una significación política muy particular. En nuestra región se refleja un fenómeno nacional que se empezará a ver en las próximas elecciones municipales y europeas: el partido extremista encuentra sus apoyos entre los desengañados de la política y no ya sólo entre los que militan en los postulados más reaccionarios y xenófobos. Pero la primera comparecencia electoral con alguna perspectiva de presencia la van a tener en la región donde la derecha ha sido incapaz en cuarenta años de presentar una oferta ganadora. Andalucía, donde el PP va de fracaso en fracaso, va a ser el lugar donde se plasme que el partido que hasta ahora era capaz de contener la aparición en España del extremismo de derechas empieza a deshilacharse también por ahí. Hasta ahora sólo se desangraba gracias a Ciudadanos por su electorado más centrista.

Así las cosas, la novedad del final de la campaña de las andaluzas es que Vox existe, lo que objetivamente es una mala noticia. Veremos hasta qué punto se convierte esa existencia en algo mucho más grave.

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