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José Joaquín león josé aguilar

Nepotismo en PodemosLa rendición de Susana

Los indignados que iban a regenerar la política española consideran de lo más normal esta familiaridadPresumía de ser la garantía de la unidad de España y la igualdad, y ahora bendice al Gobierno que las pone en riesgo

Según el Diccionario de la Lengua Española, nepotismo es "desmedida preferencia que algunos dan a sus parientes para las concesiones o empleos públicos". La palabra deriva del latín, de nepos, que significa sobrino o descendiente. Según la Wikipedia, "el nepotismo es la preferencia que tienen algunos funcionarios públicos para dar empleos a familiares o amigos, sin importar el mérito para ocupar el cargo, sino su lealtad o alianza. Según Murídicas, en países donde se ejerce la meritocracia, el nepotismo es generalmente negativo y se considera corrupción". Según el sentido común, que un vicepresidente del Gobierno enchufe a su pareja como ministra es escandaloso.

Por no tomar a la gente por tontos y tontas, Pablo Iglesias e Irene Montero podían disimular. ¿Qué dirían si Pedro Sánchez coloca a su preparada esposa Begoña Gómez como ministra de Igualdá? Por no hablar de Pablo Casado y su esposa Isabel Torres, que es psicóloga y heredera de una empresa de caramelos. El caso de Inés Arrimadas es diferente, porque su marido, Xavier Cima, era nacionalista catalán y encajaría poco en un Gobierno con su señora. En cuanto a Albert Rivera, no era concebible que nombrara a Malú como ministra de Cultura o portavoz.

El caso de Pablo Iglesias se tolera porque es de Unidas Podemos. Tienen bula para decir lo que es políticamente correcto o políticamente incorrecto. Cuando este hombre empezó en la política, su pareja era Tania Sánchez, una reconocida militante de IU, a la que se auguraba mucho futuro. Hasta que cambió de pareja y Pablo se fue con Irene Montero, con lo que una ha caído de pie y la otra en desgracia.

En Andalucía ya existió el precedente de Cádiz, donde Teresa Rodríguez era la lideresa de Podemos y salió elegido candidato a la Alcaldía su pareja, José María González, más conocido como Kichi, aunque fue votado por las bases, frente a otro que si te he visto no me acuerdo. Ni que decir tiene que los indignados que iban a regenerar la política española consideran de lo más normal esta familiaridad.

Es lamentable que en el PSOE se lo hayan consentido, cuando a ellos les han buscado chanchullos por doquier: a la familia de Manolo Chaves, al marido de Susana Díaz… O cuando Rafael Velasco, prometedor socialista cordobés, dimitió por las ayudas de la Junta a una academia de su esposa.

Eran otros tiempos. Hoy podemos tener a una pareja de vicepresidente y ministra en el Gobierno, con un chalé en Galapagar, y son de extrema izquierda.

SIN aún echar a andar 2016 Susana Díaz promovió una resolución del comité federal del PSOE prohibiendo que Pedro Sánchez se presentara a la investidura como presidente del Gobierno con independentistas y podemitas. Apenas iniciado 2020 Susana Díaz ha bendecido el gobierno de coalición de Sánchez con Unidas Podemos y la abstención de los independentistas catalanes.

¿Qué ha pasado para producir esta mutación? Porque es mutación: la organización territorial más poderosa del Partido Socialista, que blasonaba de ser garantía de la igualdad entre los españoles y dique de contención de los nacionalismos ricos, ahora jalea el pacto del socialismo español con los independentistas más insolidarios -incluso con Bildu- y más partidarios de la desigualdad y la asimetría entre los territorios de la nación (entonces decían nación refiriéndose a España). La ex presidenta de la Junta, que saltó a la escena política española como gran esperanza del constitucionalismo y baluarte de la unidad y la vigencia del sistema democrático consagrado en 1978, rinde pleitesía al líder socialista que más esperanzas despierta entre todos los enemigos de la Constitución.

Pues han pasado muchas cosas. Que Susana Díaz dirigió y lideró una operación exitosa de acoso y derribo del legítimo secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, empeñado en no dejar gobernar a Mariano Rajoy y en gobernar él con los sospechosos apoyos ya comentados. Que Susana perdió el favor de los militantes socialistas en unas primarias que ganó Pedro. Y que perdió también la Junta de Andalucía después de 36 años de hegemonía de su partido.

Ahí están las razones de la mutación susanista. No en las alegadas públicamente esta semana: no se las creen ni la Susana que las inventó ni el Cornejo (Juan) que las leyó, como se hace en los casos en los que se quiere jugar con las palabras ambiguas. Los dos saben que el derecho a convocar consultas populares que recoge el Estatuto Andaluz nada tiene que ver con el referéndum de autodeterminación que pretenden los secesionistas catalanes, que "el marco de la Ley, el Estatuto y la Constitución" no es lo que entiende haber firmado ERC con Sánchez, que Andalucía no negocia con el Gobierno de tú a tú y que la comisión bilateral Estado-Junta no responde al mismo concepto que la comisión Sánchez-Torra.

Sólo hay una explicación para la nueva Susana: se ha rendido para que Pedro no la quite. Aún no sé si ya lo han pactado.

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