Metidos en Feria

La empresa Carmelo García ha estado por encima de lo que podía esperarse de tanta improvisación

No sé yo si eso de adoptar el sevillano proceder del pescaíto sustituye a la tradicional prueba del alumbrado o de farolillos. La Línea adoptó lo del domingo rociero y lo introdujo en la jerga festera. Son cosas de las nuevas incorporaciones al hábitat y de una pertenencia poco enraizada y sin solera. La apertura a las casetas discotecas, con gorilas y todo, y las que no son más que negocios de hostelería, ya señalaron en su día un cambio que venía para quedarse. Las casetas tradicionales, las pocas que sobreviven a la globalización, están empezando a ser piezas de museo a las que llevar a los visitantes para que vean cómo era la Feria cuando era Feria de verdad.

La empresa Carmelo García, que no fue, en principio, la adjudicataria no sólo ha reaccionado bien ante el conflicto que surgió en la adjudicación de la Plaza de Toros, sino que pertrechó de inmediato lo necesario para que enseguida hubiera una corrida que apaciguara los ánimos y las inquietudes. Una señora corrida, la del 17 de julio de 2021, aún arrastrando secuelas de la pandemia. Un cartel de primerísima en una noche de toros: Morante, Juan Ortega y Roca Rey, astados de la casta de los Domecq, unas cuantas orejas, indulto y puerta grande.

La oposición socialista en el Consistorio calificó de chapuza el concurso y la Asociación Nacional de Espectáculos Taurinos emitió un comunicado lamentando "profundamente" lo sucedido y expresando "su malestar por el hecho de que los ayuntamientos no exijan un mínimo de calidad a las empresas a las que se adjudican las plazas de toros". Un viejo amigo y paisano, gran conocedor del mundo del toro, suele decirme que tiene la impresión de que los prebostes del ramo en el Ayuntamiento, no es que no sepan lo que tienen entre manos sino que son antitaurinos. Yo no lo creo; tal vez lo que ocurre sea lo del sí pero no y lo del no pero sí de la política, sobre todo de la cercana. Eso de encontrarse con el elector en la calle y que pueda hablarte de tú a tú, debe de ser muy duro.

La empresa Carmelo García ha estado por encima de la Delegación de Feria y Fiestas, y de lo que podía esperarse de tanta improvisación como ha habido. Perderá dinero, pero los carteles son de lujo y el pregonero también. Las Jornadas que inventó Crescencio Torés hace treinta y cinco años y debieran llevar su nombre en el título, ya no son lo mismo, pero ahí, como en todo, vamos tirando. Y que no nos falte.

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