Mantras

Desde la comodidad que ofrece un salario público, se debió ser más sensible con empresarios y artistas locales en estos tiempos

Para invocar a la divinidad, el budismo y el hinduismo utilizan la prolongada repetición de palabras durante sus cultos. la RAE define tal reiteración como mantra. Ommm, Ommm, Ommm …. La cantinela se ha de repetir, dicen, unas 108 veces. El extasis, o al menos la divina somnolencia casi están aseguradas.

Aquí, dentro del guión establecido, se han establecido diversos mantras a repetir en campañas políticas, inauguraciones y demás actos de genuflexión, palmeo y aterciopelado restregoteo de la clavícula del líder (deidad) de turno, cualquiera que sea su color. La pomposa expresión "apoyo al emprendedor" es uno de los mantras favoritos de nuestros políticos.

Terminado el mitín, la materialización del citado mantra, puede resultar tan difícil como alcanzar la cumbre del Nanga-Parbat. Además, en esta época de adversidades que nos ha tocado vivir, cuando se dice "emprendedor", se quiere decir "superviviente", con lo que el apoyo de los que manejan las normas y el dinero público, más que una decisión política, es un necesario acto de justicia a favor de aquellos.

La hostelería local está lleno de emprendedores que arriesgan lo que tienen, para poder abrir sus establecimientos. Y esta red de bares, restaurantes, cafeterías, etc… además de generar empleo y actividad económica, se convierten en parte importante del alma de una ciudad. Ocio y relaciones sociales, gastronomía, vida en definitiva. La guinda cultural la puede poner una pequeña actuación musical de artistas locales en estos locales y sus terrazas.

El Ayuntamiento de Algeciras mostró su nivel de "apoyo al emprendedor" al superar el plazo de 18 meses que daba la Junta de Andalucía para aprobar su ordenanza de veladores. Año y medio en los que algunos establecimientos no pudieron disfrutar de sus terrazas mientras el borrador de la ordenanza dormitaba en algún cajón municipal. Luego al parecer, no ha sido muy displicente en autorizar terrazas y la realización de pequeños conciertos, y así lo han hecho saber Hosteal y otras asociaciones. Desde la comodidad y seguridad que ofrece un salario público, se debió ser más sensible con empresarios y artistas locales en estos difíciles tiempos de pandemia. En otros cercanos municipios, que un pequeño grupo musical, dentro de un orden, amenice las reuniones de amigos en torno a una mesa, no ha causado grandes daños al medio ambiente que yo sepa. Y además ha ayudado a los artistas a llenar la nevera.

Ahora parece que se va a rectificar. Bienvenida sea la rectificación. Quizá se teme que en vez del mantra, actué el karma.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios