El instigador del golpe de Estado de un país enorme de Sudamérica se ha puesto enfermo tras su fracaso, le ha dado un dolor de barriga, ¿por qué no?; puede ser, otro golpista en un país de Norteamérica pide a las autoridades que registren las casas del Presidente al que atacó porque le han aparecido unos papeles en un armario que ha devuelto ipso facto, como esos niños que llamaban a la maestra para decirle que a zutanito no le riñe como a él, puede ser; que políticas españolas comparen estas rebeliones antidemocráticas con manifestaciones de indignados que además lo eran por legislaciones restrictivas del derecho a la manifestación, impulsadas por su partido, puede ser.

Observo un aumento progresivo de la majadería. Y casi toda esta gente citada ha ido a la Universidad, aunque a lo mejor son de ésos a los que Naturaleza nada dio y por tanto Salamanca no reparó, puede ser. Construida la verdad sobre la imagen de las redes sociales, muchos de nuestros representantes han interpuesto entre ellos y sus votantes una falsa realidad manipulada y ya no hablan para ellos sino que interpretan su rol útil a los fines previstos, prescinden de ellos en favor de lo diseñado por quien maneja los hilos de esas virtualidades.

Lo hechos no importan. No hay objetivos políticos más allá de la conservación del poder, si lo alcanzan hacen todos lo mismo pero se olvidan de los medios zafios por los que han llegado y de cómo efectúan lo que critican a otros; seamos realistas: ya sabemos que no es una hecatombe cambiar de partido.

El neorreacionarismo actual tiene más de imbecilidad calculada que de teoría de las razas. Son ultras de baja gama, no por ello menos peligrosos. La aparente demencia de aquellos líderes estrambóticos, psicópatas, megalomaníacos, ególatras con complejo de inferioridad, ha dado paso a personajes endebles, ridículos, ignaros, mentecatos, vagos y maleantes sin más oficio que el de saqueador oportunista o heredero, risibles si no fueran, insisto, peligrosísimos.

La demagogia elaborada, la que busca la confusión de los términos para acabar defendiendo lo contrario de lo que dice, hoy se ha transformado en mentira más ramplona y abstrusa, ni los propios que la usan hacen el menor esfuerzo por aparentar que se la creen, han construido esa realidad virtual en la que pseudovive una parte grande la población, la que determina gobiernos con sus votos, sólo mueven los dedos para empujar de acá para allá a esa masa computerizada que ya no respira la calle. Majadería, nueva idiosincrasia del disidente. Ya no quedan nazis como los de antes.

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