La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Llegan nuevas olas… y turistas

Un turista de la Europa en pandemia puede venir a España, pero un sevillano no puede ir a Mazagón

Mientras la tercera ola crece con fuerza en Europa y en España amenaza la cuarta, nos resistimos a tomar las duras medidas necesarias para atenuar en lo posible su impacto. Si ustedes escriben cuarta ola en Google leerán lo siguiente referido a las últimas 48 horas: "España se asoma a la cuarta ola con repuntes en 17 provincias", "La cuarta ola ya está aquí", "Los expertos advierten de la llegada de una cuarta ola a las puertas de la Semana Santa". Escribo "nos resistimos", y no ellos (las autoridades) se resisten o vosotros (mis connacionales y conciudadanos) os resistís, porque esta pandemia enfrenta a una responsabilidad colectiva hasta ahora desconocida. Mi imprudencia afecta a los otros. No solo somos responsables de nosotros mismos, sino de todos. No se puede descargar toda la responsabilidad en los políticos que toman decisiones.

También leemos en las últimas 48 horas: "Europa se sumerge en otra oleada de covid empujada por las nuevas variantes", "Faltan vacunas y Europa sufre la tercera ola", "La tercera ola avanza sin control en Europa" o "Europa vuelve a las restricciones para enfrentar la tercera ola". Sin embargo, los turistas de los países azotados por ella, y de las ciudades y regiones que se vuelven a confinar, pueden venir a España con su PCR negativa en el bolsillo a la vez que los españoles no pueden ir a su segunda residencia si está fuera de los límites de su provincia. Un parisino puede venir a España, pero un sevillano no puede ir a Punta Umbría, a Mazagón o a Chipiona ni tan siquiera con su PCR negativa. No es fácil comprenderlo. No digo que las autoridades se equivoquen imponiéndonos restricciones. Temo que lo hagan permitiendo la llegada de quienes proceden de países azotados por la tercera ola en los que se han impuesto nuevos confinamientos. No suena muy convincente lo de la ministra Maroto: "No tenemos la capacidad de control [para los desplazamientos internos de los españoles] que sí tenemos con los visitantes que vienen de fuera de la Unión Europea con su PCR negativa. La mayoría de nuestros viajeros internacionales llegan a través de los aeropuertos, lo que nos permite garantizar esa seguridad". Un poquito preocupante lo de "la mayoría", ¿no? ¿Y qué hacemos con las fiestas de niñatos europeos en pisos españoles? Otro titular: "La policía interviene más de 400 fiestas ilegales en Madrid, muchas con turistas franceses".

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