La Línea y la colonia

Una atmósfera social de victimismo y de subordinación no eslo mejor para un pueblo

Debiera estudiarse el hecho de que las actuaciones sobre la comarca no repercutan tanto en La Línea como en el resto de la comarca. Los esfuerzos realizados en el ecuador de los años sesenta y ya en los setenta del pasado siglo, para desenganchar de la dependencia de la colonia al Campo de Gibraltar, no han afectado como cabía esperar a la ciudad limítrofe con el territorio usurpado en 1704 que provocó el éxodo de la población: los ciento cincuenta años, que ahora se conmemoran, están referidos a la oficialización de la ciudad, como muchos años antes ocurrió con Algeciras y con Los Barrios (1755), separándolas de la pertenencia a San Roque.

Cara a las municipales del 2019, al alcalde de La Línea, bien por sí, bien inducido por sus asesores y consejeros, se le ocurrió la idea, que algunos han calificado de peregrina, de tratar de convertir a la ciudad en autónoma; es decir de "gibraltarizarla". El momento político unido al dislate del brexit, debieron de inspirar al regidor. En todo caso, la populista ocurrencia contribuyó a la aplastante victoria de su partido (La Línea 100x100), que tiene precedentes en las legendarias del GIL liderado por Juárez Arriola. A poco de aquello, el periódico digital "NoticiasGibraltar", publicó (noviembre 2019) unos comentarios bajo el titular "El sociólogo Francisco Oda avala a La Línea como ciudad autónoma por su abandono histórico", ilustrando el reportaje con una fotografía del alcalde Franco frente a Oda, ambos sonrientes y con porte de complicidad. El hoy director de la sede del Instituto Cervantes en Manchester-Leeds (Inglaterra) y antes en la de Gibraltar, hacía afirmaciones del siguiente tenor: "El linense de a pie se siente maltratado, abandonado y apelado históricamente (…) hemos sido, desde siempre, la ciudad que ha mantenido a Gibraltar y tampoco Reino Unido ha sabido reconocer eso (…) todo lo bueno que le suceda a La Línea es bueno para Gibraltar y viceversa".

Ello abunda, sobre todo si se tiene en cuenta el conocimiento de la situación y la presumible independencia intelectual de Oda, en la ambientación de una atmósfera social de victimismo hacia el Estado y de subordinación hacia la colonia, que no es precisamente lo mejor que le pueda pasar a un pueblo, por más que el presidente Sánchez, en su supina ignorancia de la realidad de la comarca, haya felicitado a los linenses diciéndoles que su "historia puede inspirar a todo el país".

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