La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

Juanma se mete a contramano

Su apelación al voto útil tiene truco: no dice en ningún momento que no va a gobernar con Vox, sólo que no lo desea

La apelación al voto útil es legítima, aunque tiene un elemento de prepotencia con respecto a los partidos minoritarios. Se llama expresamente a no votarlos, como si hacerlo supusiera el desperdicio del derecho al sufragio. La verdad, ningún voto es inútil. Que los candidatos a priori mayoritarios inciten a los ciudadanos a respaldarlos a ellos, que tienen posibilidades de gobernar, antes que a los minoritarios, que seguramente se quedarán en la oposición, es normal. Que nadie se rasgue las vestiduras.

Ahora bien, hay que hacerlo con sinceridad y sin trampas. El presidente de la Junta y candidato a la reelección, Juanma Moreno, ha advertido a los andaluces de que si no le dan mayoría suficiente el 19-J para gobernar en solitario, Andalucía podría verse abocada a una repetición de las elecciones. De este modo, endosa a los ciudadanos una responsabilidad que es de los políticos. Son éstos los que deben traducir la voluntad expresada en las urnas en un gobierno estable y sólido. Los andaluces tienen que reflexionar muy bien qué quieren, dice Moreno. No es así. Los líderes andaluces, empezando por él, tienen que reflexionar muy bien cómo interpretan lo que quieren los andaluces. No es lo mismo.

La reclamación del voto útil por parte de Juanma Moreno tiene un solo objetivo: disuadir a un sector aparentemente amplio del electorado de su predisposición a votar a Vox por motivos ideológicos. Si se dejara convencer por la petición del actual presidente, éste no tendría que compartir gobierno con la ultraderecha, como hace Mañueco en Castilla y León. Con más escaños que la izquierda fragmentada y acercándose a la mayoría absoluta (55 diputados), Moreno podría gobernar en solitario. Es su sueño.

Pero la apelación tiene truco. En ningún momento ha dicho, ni dirá, que nunca va a gobernar con Vox. Sólo dice que no le gustaría o, como mucho, que no pactaría si tuviera que aceptar cambios en su política medioambiental o contra la violencia de género, o rebajas en el autogobierno de la comunidad autónoma. Pone líneas rojas, pero no cierra la puerta. Si de antemano se comprometiera a no meter a Vox en su consejo de gobierno, pase lo que pase, estaría más legitimado para demandar a los ciudadanos una reflexión sobre la utilidad de su voto. Sin guardarse balas en la recámara. A cuerpo.

Si hubiera que repetir las elecciones sería por la incapacidad de los partidos para sacar un gobierno estable. Empezando por el suyo, que va a ser el más votado.

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