Irresponsables

En otra democracia europea un primer ministro no sobreviviría a los mensajes a Bárcenas o a la confesión de Costa. Aquí sí

Cuando en 1974 detuvieron a Günter Guillaume en Alemania Federal por espiar para la RDA, el canciller Willy Brand dimitió. Él no sabía que tenía un espía comunista como asesor, pero asumió la responsabilidad. Mariano Rajoy aplica la filosofía contraria. Niega todo conocimiento de corruptelas sobre las que debía estar al corriente. Pero además no está dispuesto a asumir responsabilidad alguna. Defendió a capa y espada a Francisco Camps y Ricardo Costa "convencido de su inocencia". Llamó inquisidores del siglo XXI a quienes les acusaban de corruptos "con una crueldad infinita, sin razón ni corazón". Y ahora, cuando las confesiones demuestran lo contrario, dice que a él que lo registren. Y encima, quiere ser candidato en las próximas elecciones generales.

Se lo dijo el miércoles a Carlos Alsina, en una entrevista en Onda Cero con preguntas que le incomodaban. Como le irritaron a Pedro Sánchez las que le hizo José Antonio Carrizosa en el Foro Joly un día antes en Sevilla, que tanto enfadaron a algunos (y algunas) pedristas. Lo peor que le podía pasar a este país en tan delicado momento es tener un Gobierno desnortado, un presidente incapaz de responder preguntas incisivas y un jefe de la oposición de la misma pasta. Puesto a eludir su responsabilidad en los casos de corrupción del PP, Rajoy llegó con Alsina a exonerar a Artur Mas del 3% convergente. Afirmó que él nunca le había considerado el responsable último de las mordidas de CDC. Curioso, dicho sea de paso: los porcentajes de los dos partidos también coinciden como si fuese una tarifa semioficial, según hemos oído en los casos Gürtel y Palau.

Este nuevo incendio en las bodegas de la nave popular han intentado camuflarlo con cortinas de humo habituales: Cataluña y Venezuela. Asuntos graves, sin duda; dos variantes de golpes de Estado perpetrados por fuerzas populistas. Pero resulta chocante que el jueves la vicepresidenta Santamaría anuncie una consulta al Consejo de Estado contra la candidatura de Puigdemont, para ver si la impugnan, y el viernes la recurran sin el aval del Consejo. La estrella de la vice se apaga junto a la de su presidente.

Decía Groucho Marx que el secreto del éxito se encuentra en la sinceridad y la honestidad. "Si eres capaz de simular eso, lo tienes hecho". Al PP le queda poca capacidad de hipocresía. En cualquier gran democracia europea un primer ministro no habría sobrevivido a los mensajes de apoyo y justificación que Rajoy dirigió a Bárcenas. Tampoco ahora a la confesión de Costa. Pero en España somos diferentes. Aquí estamos en manos de irresponsables.

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