En mi locura, tiendo a pensar que los domingos entre platos y vasos hay una docena de abstrusos y recónditas que se reúnen para ver sobre qué pelean políticamente esa semana; y no sé por qué lo de el espionaje a políticos catalanes me huele a chamusquina. Porque no creo que nadie se sorprenda de que los servicios secretos sigan los movimientos de actores que pusieron en peligro la Constitución y la integridad del Estado, hasta el límite de una violencia que de puro milagro no explotó en las calles; lo que sí podemos encontrar en la prensa de antaño son concomitancias entre ciertos independentistas y el putismo, entonces no tan despreciado. Lo que quiero decir es que: en España no se intervienen las comunicaciones de nadie sin orden judicial, lo garantiza esa Constitución hoy esgrimida y entonces pisada; lo de espiar es otra cosa, y lo saben, no va a haber respuestas, porque todos los participantes las saben de antemano, es puro cinismo este preguntar, que de paso sirve para levantar un muro preventivo no sea que a alguien le dé por airear lo de Putin en torno a 2017, oh casualidades (no metán a Piqué con el Emérito).

Para el totalitario, lo fundamental es crear enemigo, eso lo justifica todo. Convertir a los pervertidores de la convivencia en víctimas es de primero de fascismo, y Ayuso estudia mucho; alaba a partidos tan contrarios a la Constitución como a los putinianos citados, pero le da igual, tiene a maromos que empujan a periodistas porque, claro, es intolerable que pregunten tanto; "Socialismo Free"...

"¡Socialismo Free!". Debemos acuñar una nueva expresión: "Insuficiente Mental". No se trata de capacidad (con dudas) sino de una especie de baremo de lo que una o uno parece; si voluntariamente eres gilipollas, pareces gilipollas, actúas como un gilipollas y si te lo llaman miras: a ver si vas a ser gilipollas. No sé si me se explica bien esto.

Siéntolo: no estoy dispuesto a que me tomen por un idiota incapaz de comprender y decidir. Por favor, y esto es una súplica al mundo docente, universitario, intelectual, profesional liberal y a toda aquella gente con una mínima formación capacitante para expresarse: ¿Vamos a dejar que este detrito aideológico sustituya la complejidad y la riqueza de una sociedad sólo para poder subcontratar a degenerados comisionistas los negocios públicos?

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