Iluminados

No comparto que en este preciso año, por muy ocuro que nos esté siendo, sea prudente gastar más en iluminación decorativa

El Ayuntamiento de Algeciras ha gastado 267.333 euros en luces de Navidad, aunque la partida presupuestaria 33.804 solo prevé unos 150.000 euros para ello, que es lo que se venía presupuestando y gastando durante los ejercicios 16 a 19. Ojo, que el repentino ascenso del precio del contrato, también se aprueba en San Roque. La sobre-iluminación trasciende ideologías. Marbella en cambio reduce de 700.000 a 100.000 el gasto, y lo ahorrado, se destinará a subvencionar al comercio local, con la condición que adorne sus establecimientos.

La encuesta que hizo Europa Sur la pasada semana, por tanto, se quedó corta. No solo se debió preguntar si se debía instalar alumbrado artístico para adornar las calles durante las fiestas navideñas, o en cambio, destinar tal gasto a otras necesidades sociales mas perentorias, sino también si se debía aumentar el dispendio en tal iluminación. Doble o nada.

El propósito municipal es que el alumbrado ayude a la reactivación del comercio, lo cual es absolutamente loable. Esperemos que la pandemia atenúe y los comercios puedan estar abiertos a la hora que se hace la luz, porque en caso contrario, el aumento de facturación, solo llegará a lacompañía eléctrica.

Particularmente estoy a favor de la instalación de luces navideñas, por la cuestión económica que se esgrime, y también como parte de nuestra terapia común contra la adversidad. Pero desde luego, no comparto que en este preciso año, por muy oscuro que nos esté siendo, sea necesario y prudente gastar aún más en iluminación decorativa. Quizá se debería haber redistribuido el alumbrado, para ayudar a los comercios de otras zonas de la ciudad distintas al centro, y también para evitar las aglomeraciones que se esperan para admirar la iluminación de la Plaza Alta, que rivaliza con las Fuentes del Bellagio. Esperemos que los ciudadanos, absortos con el despliegue visual que provocarán los multicolores leds, respeten la distancia de seguridad. No se nos pone fácil, pero intentaremos ser obedientes.

Y esperemos también que el 10 de enero no volvamos a padecer la deprimente oscuridad de tantas farolas apagadas, porque el comercio seguirá mereciendo se iluminen debidamente las calles. Con esos 100.000 euros de más, se pagan muchas bombillas. Y también muchos kilos de alimentos y juguetes a familias necesitadas, que pueden ser adquiridos en comercios locales, lo cual sí que alumbra.

El Guerrero de la Luz, de Coelho, pretende hacer mejor la vida a los demás rescatándonos de la oscuridad. Pero tampoco conviene se nos ilumine tanto, vayamos a cegar.

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