En Granada estos días se habla de Murcia. De legitimidades y de transfuguismo. Y del efecto mariposa. No por lo que pueda ocurrir estos días en la Plaza del Carmen sino por el relato que se podrá construir para justificar lo que venga después.

Les pongo al día. Es la historia del 2+2. Hay una crisis de fondo y un doble escenario de juego. Hace dos años, Luis Salvador se convirtió en el regidor más importante de Ciudadanos en España en una carambola tan inesperada como la que llevó a Juanma Moreno a ocupar San Telmo. Con cuatro concejales, consiguió el apoyo del PP y Vox para dejar fuera a los socialistas del gobierno local como lista más votada. Pero, como ocurre siempre en política, una cosa es lo que se negoció a nivel local y otra lo que pactaron los partidos a nivel nacional. ¿Sería Salvador alcalde cuatro años o daría paso al PP en mitad del mandato?

En ese punto estamos. El expresidente provincial del PP Sebastián Pérez, la 'cabeza' que se cobró el entonces alcalde Pepe Torres cuando cayó por la operación Nazarí, nunca ha ido de farol: ha terminado abandonando el partido en el que ha militado casi cuatro décadas para cumplir su palabra y echar a volar la mariposa. La teoría del caos. Está por ver el recorrido local de su amenaza de moción de censura apoyando al PSOE de Paco Cuenca (bastaría con la abstención) pero el batir de alas ya ha comenzado.

En Granada habría más motivos para adelantar las elecciones que en Madrid -y ahí está Díaz Ayuso con su mayoría aplastante- y, por supuesto, que en Andalucía: porque pierde fuerza el discurso de Moreno (priorizando la vacunación contra el Covid y la recuperación económica) cuando desde su bancada se multiplica el gasto en sondeos electorales, el PSOE acelera los procesos de las primarias para rearmar el liderazgo ante un posible adelanto de las autonómicas a final de año y Vox se envalentona bloqueando proyectos estratégicos del Ejecutivo de PP-Cs.

La ley no permite adelantar las urnas municipales, se supone que para preservar la estabilidad de los gobiernos locales (para evitar el caos), aunque hay circunstancias como las de Granada en las que cuesta calibrar si es mejor una crisis menor con efecto mariposa o una crisis mayor sin ser sucursales de Sevilla y Madrid. La crisis de Murcia se acabó sofocando en Murcia pero la de Ayuso fue real. En Granada, el final del 2+2 está por escribir pero en San Telmo ya se ha empezado a mover la cuna (electoral).