González Laya y Gibraltar

Ha sido un ejemplo de gestión eficaz y coherente en un entorno especialmente complejo y excepcional con el Brexit

EL pasado sábado 10 de julio el Presidente del Gobierno Pedro Sánchez anunció un cambio en varias carteras ministeriales que, si bien se esperaba desde hace algunos días, ha sorprendido a muchos por su profundidad, tanto del número de ministerios implicados como por los responsables afectados.

Entre los cambios, es especialmente significativo el del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación con el cese de uno de los responsables que con mayor profesionalidad y eficiencia ha gestionado un ministerio especialmente complejo y de difícil dirección, tanto por las peculiaridades del papel de España en un entorno internacional cambiante como por las especificidades de su funcionariado. Pues bien, desde mi punto de vista, la gestión de González Laya al frente del Ministerio de Exteriores ha sido altamente positiva y gestionada con una gran profesionalidad tanto en marcos multilaterales como en las relaciones bilaterales de un país, como España, que debe todavía definir coherentemente su posición europea e internacional.

Es compartido por un gran número de medios que la causa última de su cese está en la crisis iniciada por Marruecos en relación con la asistencia sanitaria del líder del Frente Polisario Brahim Ghali en España que, aunque parcialmente contralada, todavía está lejos de resolverse.

Pues bien, independientemente de las razones últimas de su sustitución, sea o no un chivo expiatorio de la crisis de Ceuta de mayo de este año, lo cierto es que, como mencionaba, en mi opinión, González Laya ha sido un ejemplo de gestión eficaz y coherente en un entorno especialmente complejo y en unas circunstancias excepcionales como el Brexit. En este sentido, debo destacar el éxito de la negociación relativa al futuro estatuto europeo de Gibraltar que definirá el marco de relaciones cerrada con el anuncio de un principio de acuerdo entre el Reino Unido y España el último día del año 2020. Este principio de acuerdo que ahora debe desarrollarse en una negociación entre la Unión Europea y el Reino Unido tiene en alcance casi revolucionario con medidas y propuestas de gran calado que, de salir adelante, transformarán de forma positiva las relaciones de Gibraltar con España reforzando el papel nuestro país en las controversias, al transformarse en el responsable de la aplicación del acervo Schengen en el territorio de Gibraltar. El Campo de Gibraltar necesita soluciones prácticas y medidas efectivas para afrontar los enormes desafíos que tenemos pendientes. Lo que mejor podemos esperar del nuevo ministro José Manuel Albares es que, en relación con Gibraltar, no se aleje del talante negociador y enfoque pragmático de su antecesora González Laya.

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