Gibraltar, el tratado fiscal en vigor

La pérdida de uno de sus elementos preferidos de debate, Gibraltar como paraíso fiscal, les causa incomodidad

Este pasado sábado se publicó en el BOE el texto del Acuerdo Internacional en materia de fiscalidad y protección de los intereses financieros entre España y el Reino Unido en relación con Gibraltar. El tratado ya estaba en vigor desde el pasado 4 de marzo cuando ambas partes concluyeron sus respectivos procedimientos internos de acuerdo con el derecho internacional. Cuando se anunció la firma del tratado hace ya dos años se escucharon voces divergentes. Por un lado, se ha defendido que este tratado tenía una importancia histórica y por otro, hubo quien expresó sus dudas de que entrara algún día en vigor. Pues bien, el tratado ha entrado en vigor y hoy tiene si cabe una significación y alcance de mayor transcendencia debido al contexto internacional post-Brexit. Una vez que Gibraltar se ha salido de la UE y en tanto se defina el futuro estatuto jurídico que regule sus relaciones con la UE, y, en consecuencia, con España, la existencia de unas reglas claras, equilibradas y equitativas en torno a un tema tan sensible como es el sistema tributario es un requisito necesario e imprescindible para el mantenimiento de un marco normalizado de relaciones transfronterizas. Es mi opinión que el tratado fiscal es un enorme éxito de la diplomacia de las partes en el tratado, incluyendo a Gibraltar como un actor clave en el proceso, al ser capaces mediante la negociación de llegar a un acuerdo respetando las diferentes posiciones jurídicas con respecto a la soberanía y jurisdicción. Una consecuencia de gran alcance será la necesaria salida de Gibraltar del listado de paraísos fiscales según el ordenamiento jurídico español, una vez que estaba ya fuera de los listados internacionales y europeos (lo que no excluía alguna tarea pendiente).

Por supuesto, este acuerdo tendrá enemigos en España y en Gibraltar. En el norte de la Verja existe un determinado sector que necesita continuamente utilizar el calificativo de paraíso fiscal en su enfoque maniqueo y simplista, demonizador de Gibraltar. Indudablemente la pérdida de uno de sus elementos preferidos de debate, Gibraltar como paraíso fiscal, les causa una gran desazón e incomodidad (no me cabe duda que lo seguirán utilizando, eludiendo la realidad jurídica). En definitiva, estamos en presencia de un hito significativo en el proceso de construcción de un nuevo marco de relaciones transfronterizas en relación con Gibraltar que deberá completarse en el futuro mediante el desarrollo del principio de acuerdo anunciado por las partes el último día de 2020. Estamos en el buen camino hacia esa área de prosperidad compartida anunciada por nuestra Ministra de Asuntos Exteriores. No obstante, todavía hay muchas incógnitas e incertidumbres en el camino.

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