Es cierto que en la actualidad hay circunstancias que nos recuerdan El Día de la Marmota, en cuanto que hay acontecimientos que nunca terminan definitivamente y vuelven de nuevo al punto de inicio. Así, los ciclos y olas de la pandemia de covid se repiten creando una gran hastío y cansancio en la población. También las negociaciones sobre el Brexit, consecuencia de la decisión de retirada del Reino Unido de la UE. Las negociaciones no parecen cerrase nunca y cuando parece que va ser así, surge un problema o una incidencia que vuelve a poner en cuestión los avances y remite a algún lugar cercano al punto de salida.

En relación con Gibraltar, el proceso no ha sido por supuesto nada fácil, en cuanto que el complejo conjunto de problemáticas gibraltareñas quedaba condicionado por un nivel superior de negociaciones mucho más complicadas y políticamente más enmarañadas, esto es, las del Reino Unido con la UE.

Por todo ello, la envenenada cuestión de Irlanda del Norte, la disputa pesquera entre el Reino Unido y Francia o el control de la migración en el canal de La Mancha son circunstancias que pueden determinar el avance, retroceso o paralización de las negociaciones, de por sí complejas, entre el Reino Unido y la UE en relación con el futuro estatuto de Gibraltar.

No obstante, creo que 2022 va ser un año clave en el que las partes podrían ser capaces de cerrar el acuerdo que estableciera el futuro marco de relaciones jurídicas, políticas e institucionales entre Gibraltar y la UE. De ser así, será un año histórico. Hasta la fecha, las partes han avanzado con un planteamiento estratégico de negociación coherente y bien diseñado, por supuesto, con desencuentros, pero siendo capaces de encontrar los objetivos finales compartidos como guía de orientación del proceso negociador. En este sentido, creo que tiene una relevancia enorme, y ha pasado desapercibido por gran parte de la población, el tratado en materia de fiscalidad e intereses financieros, en el que Gibraltar ha hecho un gran esfuerzo para crear un marco de confianza mutua para cuando desaparecieran los mecanismos de cooperación en materia fiscal derivados del derecho europeo. Otros hitos relevantes en este proceso negociador bien enfocado, son los memorandos de entendimiento y el principio de Acuerdo de Nochevieja que ha facilitado el mandato negociador del Consejo, que a pesar de propuestas innovadoras y, en consecuencia, complejas de cerrar, mantiene un enfoque perfectamente diseñado y estructurado de los fines a alcanzar. Por todo ello, 2022 puede ser un año histórico en el que una crisis, el Brexit, se ha transformado en oportunidad, para alcanzar un acuerdo histórico que defina para varias generaciones, un estatuto actualizado de relaciones, equilibrado y equitativo, que proporcione la base de una normalización de las relaciones transfronterizas.

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