Fernando y el sol naciente

Lo que me mueve a referirme a la distinción a Fernando Segú es su permanente apego a esta tierra tan cercana

Si el espacio disponible diera de sí, el título habría sido "Fernando Segú y la Orden del Sol Naciente", pero es lo que hay. Y habría escrito "Sol Naciente", así, con primera en mayúscula. Pero algún corrector de estilo -a los que temo como a una vara de nardos- lo habría reducido a como está, sin la menor consideración. Las decisiones de los correctores de estilo son demoledoras y tan inapelables como las de un magistrado de lo social. Te hacen polvo los "ingenios" más ocurrentes.

En fin, de lo que se trata ahora es de celebrar la concesión por el emperador del Japón, de la Orden del Sol Naciente a Fernando Segú i Martín, catalán de Lérida con algún ascendiente francés. Periodista de altas estancias, que recaló por estos pagos, que Dios guarde, con el encargo oficial de amainar los efectos informativos del cierre de la verja decretado por el Gobierno en 1969. Lo hizo bien y se relacionó aún mejor, si cabe. Aquí se entra llorando -sobre todo las esposas de los destinados- y se sale, también, llorando. Sé que a Cinta ("la que está ligada a Dios", en los orígenes griegos del nombre), la gentil esposa de Fernando, le costó mucho "entrar" al lugar. Pero él lo consiguió en media hora, más o menos.

A Fernando le tocó lo de la verja y lo de Palomares. Acompañó al ministro Manuel Fraga y al embajador de Estados Unidos de América, Angier Biddle Duke, cuando éstos entre otros decidieron bañarse, allá en los primeros días de marzo de 1966, en las aguas supuestamente contaminadas (lo estaban) por el accidente aéreo que provocó la caída a tierra y mar de unos cuantos artefactos nucleares.

Lo que me mueve a traer a esta columna a tan noble y dilecto personaje, cuya bonhomía es constatable rápida y fácilmente, no son estos hechos. Ni siquiera que haya sido -transcribo la crónica del diario ABC de Sevilla, del pasado día 3- "creador y primer jefe de Servicios Informativos de Presidencia del Gobierno, con Adolfo Suárez" o que "en ese cargo coordinara la comitiva de prensa que cubrió informativamente el primer viaje oficial a Japón de SS.MM. los Reyes (1980)". Lo que me mueve a referirme a la distinción japonesa a Fernando Segú, es su permanente apego a esta tierra tan cercana. Es otro de los nuestros en los círculos madrileños, indistinguible de cualquiera de los que en los frecuentes encuentros que practicamos, nos referimos apasionadamente a aconteceres y avatares de nuestra añorada comarca.

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