Ojo de pez

Pablo Bujalance

pbujalance@malagahoy.es

Feria en Londres

Cada cual tiene derecho a promocionar de Andalucía lo que le apetezca; lo difícil es que luego nos tomen en serio

Encuentro el centro de Málaga colapsado a cuenta de las carretas que van al Rocío y leo poco después que este fin de semana se celebra la primera edición de la Feria de Londres, un evento que, según su organización, "reivindica la comida, la música, la cultura y la idiosincrasia andaluzas". Entonces, todo encaja. Si uno afina en la programación del sarao instalado en Potters Field comprueba que lo de comida, música, cultura e idiosincrasia quiere decir en realidad sevillanas, rebujitos, croquetas y batas de cola, todo muy respetable (no hay música más digna de respeto que las sevillanas; de eso sabemos un rato gracias a Canal Sur), pero ceñido milimétricamente al tópico. Cada cual tiene derecho, por supuesto, a promocionar de Andalucía lo que le dé la real gana donde más le apetezca. Lo malo es que después hay que poner más empeño cuando uno va por ahí fuera, dice que es andaluz y pretende ser tomado en serio. Menos mal que la Agencia Andaluza de Promoción Exterior trabaja incansablemente en la proyección de la imagen de Andalucía como territorio propicio a la innovación, el desarrollo, la investigación, el emprendimiento y la vanguardia. Estamos salvados. Pero claro, no es cuestión de ir a Londres a dar el tostón con el talento andaluz y con Juan Ramón Jiménez. Bastante tienen con el Brexit.

De modo que sí, ya que todo el mundo sabe lo que vale Andalucía, lo más oportuno es llenar de farolillos el escaparate y no ponerse demasiado pesados con las industrias, las oportunidades de inversión, el tejido empresarial y otras menudencias. La misma Susana Díaz lo ha dejado claro en su apuesta por el hacerse con el liderazgo nacional del PSOE: dado que no cabía la posibilidad de poner un solo logro de su política en Andalucía como ejemplo para toda España, lo mejor ha sido darlo todo por hecho, vender el pescado barato, elevar el tono de la catequesis, tirar de gracia natural y dejar claro quecomo Andalucía no hay ná. La vergüenza que hemos tenido que pasar a cuenta de las playas de Asia como objetivo para el proyecto cultural de toda España no ha sido precisamente escasa, pero si algo sabemos por aquí abajo es que siempre podemos esperar un poco más. Díaz ha querido dar el salto con lo único que tenía: una feria. Y en esto ha sido honesta. Tanto como quienes pretenden conquistar Londres con peineta.

Decía Herman Hesse: "El humor empieza cuando uno deja de tomarse en serio a sí mismo". Lo que no sabemos es dónde termina. En Andalucía llevamos siglos sin tomarnos en serio, pero ganas de reír no hay muchas. Salvo que alguien traiga el jamón.

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