En esta complicada primavera de 2021 el Instituto de Estudios Campogibraltareños celebra su trigésimo aniversario de su fundación. Sirva esta humilde columna como un homenaje a una institución que ha desempeñado un papel clave en la formación del conocimiento, la investigación y la divulgación cultural de calidad en una comarca especialmente necesitada en estos campos.

Allá por 1991 el que escribe estas palabras vivía bastante lejos de la zona, había tenido que salir antes para formarse y como para muchos de mi generación el futuro pasaba por no volver a una comarca que presentaba unas carencias enormes, fundamentalmente en el ámbito científico, educativo y cultural. Hoy, afortunadamente, el entorno es diferente. Tuvo un enorme mérito en esa época poner en pie el Instituto, dotarle de unas líneas estratégicas claras, agrupar en torno a él una masa crítica potente de investigadores dotados de iniciativa e inquietudes y sembrar las semillas de una rica actividad de la que hoy son testimonios sus resultados.

La revista Almoraima es hoy una verdadera referencia del conocimiento científico con un enfoque multidisciplinar centrado en la Campo de Gibraltar. Gracias a ella es posible acceder a los resultados de investigación en ámbitos muy diversos, la historia, arqueología, medio ambiente, etc., de uno de los territorios más complejos desde diferentes puntos de vista, posiblemente de Europa. Esta publicación ha logrado que sea accesible a la población un conocimiento necesario para saber quiénes somos y la riqueza del medio en el que habitamos.

Por otra parte, las jornadas que el Instituto ha ido organizando con una temática variada y completa, de fauna, flora y ecología, de historia, de arqueología, de creación literaria, etc. han sido un verdadero dinamizador de la vida cultural y científica sirviendo como difusor del trabajo de muchos autores, que, de otra forma, no hubieran tenido esos canales de difusión de su producción científica. Además, han sido un punto de encuentro y debate de enorme interés.

La felicitación debe hacerse extensiva no solo a la institución, sino a los numerosos hombres y mujeres que han trabajado en ella de forma generosa y desinteresada dedicando mucho tiempo y esfuerzo en una institución que hace mejor a la comarca. Por supuesto, la felicitación también debe recaer también en la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar, en sus gestores y su personal, como administración en cuyo seno se ubica como organismo autónomo y que ha ayudado al IECG a consolidarse como referente cultural, científico y educativo.