Hubo un tiempo, no demasiado lejano, en que la palabra populista se utilizaba como calificativo poco frecuente. En los últimos meses, sin embargo, el citado término vive tiempos gloriosos. No es ajeno al fenómeno, entre otros, la victoria de Donald Trump en las elecciones a la presidencia de los Estados Unidos. En el fondo de la eclosión, está la crisis de la democracia liberal, tal como la conocemos en Occidente. Esto supone, condenar a las élites tradicionales, mientras se encumbra a aquellos candidatos que se presentan como enemigos del establishment.

Los líderes populistas rechazan que les llamen políticos y pretenden que las formaciones que les respaldan, no son partidos a la usanza tradicional. Trump dijo: "No soy político, soy un hombre de negocios". Pablo Iglesias aseguró: "Podemos no es un partido político, sino un instrumento en manos del cambio". Lo malo es que el rechazo a los expertos y a los profesionales, está suscitando a la vez, el desprecio de la opinión pública. Se cree erróneamente, desde mi punto de vista, que si igualamos el valor de todos los argumentos y desprofesionalizamos todas las disciplinas, tendremos una sociedad más horizontal y democrática. Hasta un economista ha publicado un libro que se titula: Economía para no dejarse engañar por los economistas.

Pasaron los tiempos en que en las consultas médicas, el galeno atendía al enfermo, simplemente. Ahora algunos pacientes que previamente ha consultado al Dr. Google, pretende que el diagnóstico del médico, se ajuste con precisión a lo que han encontrado ellos por internet. Se desprecian gratuitamente, los años de estudio y la experiencia del profesional. Nunca ha sido tan difícil algo tan obvio, como vacunar a los niños, por culpa de cuatro mentecatos. El calentamiento global ya no es un asunto científico, es un acto de fe. Hasta un grupo de padres rebeldes, han convocado con éxito, una huelga contra los deberes escolares de sus hijos. Los pobres niños, tras una agotadora jornada escolar, no tienen tiempo para las clases de inglés, piano, taekwondo, ballet, natación, Master Chef e hípica. Son buenos tiempos para curanderos, iluminados, redentores y escritores de libros de auto-ayuda. No necesitan conocimientos contrastados, simplemente, disponen de una página web.

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