La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Eurocofrades

"Tenemos el objetivo de crear belleza hoy", dice el monseñor en el foro eurocofrade. Que Dios nos pille confesados

éramos pocos y parió el Fórum Europeo de Hermandades celebrado en Lugano que, a lo peor, se convierte en una especie de "euroconsejo de cofradías". No sé si el futuro nos reservará un europregón o cosas aún más espantosas, como un festival de eurobandas con performances y coreografías al estilo de las que ya se dan por aquí. Todo puede esperarse porque en el Fórum luganés intervino el presidente del Pontificio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización destacando -como informábamos ayer- "el rol que pueden desarrollar las cofradías frente al cambio cultural que implican los nuevos lenguajes, fruto de los avances tecnológicos". Que Dios nos pille confesados. "Las cofradías -dijo este señor- han de expresar la vía de la belleza en la Nueva Evangelización, que no se desarrolla solo en el arte o en la música, sino en todo lo que permite expresar hoy la belleza. No podemos presentar solo todo lo que fue hecho por la creatividad y la fantasía del pasado. Tenemos el objetivo de crear belleza hoy".

En la Iglesia sabemos de sobra qué significa esto de "crear belleza hoy". No se refiere precisamente a la música de Olivier Messiaen o a las pinturas de la capilla de Mark Rothko. En cuanto a Sevilla, lo padecemos algunos y lo disfrutan muchos. Carteles de presunto vanguardismo llegado con retraso de muchos años. Composiciones para coreografías de performances de escenario o de calle y costal. Pregones con banda sonora. Furia imaginera pos, neo o tardo barroca. Conversión de las imágenes en maniquíes para lucimiento de la creatividad -historicista o vanguardista- de los Balenciaga de sacristía.

Cosa de gustos, naturalmente, cuyo libro se dice que está en blanco. Éste es un país libre y las hermandades y los cofrades tienen tanto derecho a hacer con sus hermandades lo que les apetezca como un servidor para escribir estas cosas que, por otra parte, no sirven de nada. Porque parece imparable la deriva a la vez cursi y vulgar con coartada de apertura a los nuevos tiempos, y mercantil y empresarial con pretexto de eficacia en la gestión y acción social, de tantas hermandades; y la de la Semana Santa en cabalgata hortera con pretexto sacro. Y a la mayoría le parece el no va más de la modernidad, la solidaridad y la nueva evangelización. No es cuestión de hacer de Charlton Heston luchando contra las hormiguitas cuando ruge la marabunta. Siempre ganan ellas.

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