Divino indiano

Siempre la había visto allá arriba en su retablo. Ahora a nivel de suelo me pareció más pequeña y más bonita

Si hay un acontecimiento cultural a destacar en la provincia de Cádiz durante el presente año, es, sin duda, la magna exposición Traslatio Sedis con la que el Obispado de la Diócesis Cádiz-Ceuta, conmemora el 750 aniversario del traslado de su sede desde Medina Sidonia a la capital. El contenido de la misma cobra un realce especial por el continente, la Catedral, que por su belleza es el monumento gaditano más visitado. Una cuidada y elegante selección de obras de arte sacro, muestran al visitante la historia viva de la fe de nuestros mayores, a lo largo de siglos. Este es un detalle importante, porque lo que allí se muestra no son simples antigüedades. Por ejemplo, el manto de la Virgen de la Luz es un depósito de amor de los tarifeños que todos los años viven el rito protector de pasar bajo él. Nuestro Campo de Gibraltar está dignamente representado, con imágenes y cuadros, como el de la Inmaculada de Cruz Herrera de La Línea.

Para mí supuso una emoción especial contemplar la Inmaculada de Murillo, del Oratorio de San Felipe Neri, que fue mi primera imagen religiosa conocida, ya que estudié en ese colegio y que todavía hoy me acompaña desde la pantalla del ordenador. Siempre la había visto allá arriba en su retablo. Ahora a nivel de suelo me pareció más pequeña y más bonita. También son de admirar las obras de Roldán y su hija la Roldana, pero a mí me llamó poderosamente la atención, una pequeña imagen de Cristo caído, de la que había oído hablar mucho pero que no había podido ver, por estar en un convento de clausura, el de las Agustinas Recoletas, en Chiclana de la Frontera. Esta imagen vino desde Méjico en 1674, con fama de conceder milagros, pues había salvado a toda la tripulación del navío en el que viajaba, de una fortísima tempestad. La pequeña escultura de Jesús Nazareno -conocido como el "Divino Indiano"- es uno de los ejemplos más singulares del arte novohispano conservado en España. De 46 cm. de alto, está realizada con pasta de yute. La imagen conserva las potencias de filigrana mejicana y en su cruz se insertan relicarios. Es además la única obra que se conserva a nivel internacional que tiene cáscara de escarabajo verde como recubrimiento. El padre David Gutiérrez, comisario de la exposición, ha hecho un excelente trabajo. El Obispo Rafael Zornoza continúa dignificando a su diócesis, mediante la profundización en las raíces de la fe, una potente seña de identidad de los gaditanos. No se la pierdan.

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