CON un decenio de retraso y aunque sólo sea en fase de pruebas, la depuradora de aguas residuales de Algeciras por fin ha comenzado a funcionar. Es una instalación moderna que se ha construido en cuatro años y que ha supuesto una inversión de 37,6 millones de euros. Logrado el hito que la ciudad más grande de la Bahía no vierta todos sus residuos al mar, queda garantizar que no se tire nada, como ordena la directiva europea que se ha incumplido durante años. Para eso es necesario acometer inversiones para eliminar los puntos en los que la red de pluviales no está separada de la fecal y evitar. Abogamos también porque la Autoridad Portuaria drague de nuevo las dársenas donde eso vertidos han depositado fangos pestilentes.

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