El lanzador de cuchillos

Danke, Frau Doktor

Van 400 agresiones en la España de los aplausos desde que se declaró la pandemia

Mi hermana Esperanza lleva algo más de una década ejerciendo como médico en Berlín. Un día, recién aterrizada en su primera clínica -tendría entonces 23 o 24 años- me llamó muy excitada para contarme un hecho al que no daba crédito: "Resulta que salgo de la consulta para coger unas recetas que necesitaba y estaban en otra habitación y, al abrir la puerta, todos los pacientes que estaban en la sala de espera se han puesto de pie; yo me he quedado sorprendida y no he podido evitar sonreírme; y a la vuelta, lo mismo; me han hecho el pasillo como si hubiera ganado la Champions". Durante un tiempo trabajó también con drogodependientes, que debían acudir a revisión cada quince días; uno de esos pacientes a los que suministraba metadona tenía que volver a la consulta el 30 de julio, cumpleaños de mi hermana, y el hombre se presentó a la cita médica con un paquete para su doctora: era una colección de clásicos del jazz. Este viernes se empezó a vacunar en las clínicas -hasta ahora sólo se podía hacer en los Puntos de Vacunación- a la población alemana: las personas a las que se suministró la primera dosis de Pfizer en el centro donde trabaja Esperanza llevaron chocolate y trozos de tarta al personal sanitario en señal de agradecimiento.

Cuento todo esto porque he leído en el periódico que una médico del Hospital Regional de Málaga ha sido golpeada por una paciente a la que atendía en Urgencias. Van 400 agresiones en la España de los aplausos desde que se declaró la pandemia; más de 5.000 en la última década. El 60% de los sanitarios agredidos son mujeres. A nuestros ángeles de la guarda no sólo los pisotea esa gentuza a la que parece haber hecho la boca un fraile (los más agresivos suelen ser los que menos contribuyen con sus impuestos al mantenimiento del Sistema Público de Salud): el primer puntapié lo reciben de la Administración, que condena a una plantilla preparadísima a la inestabilidad y la estrechez económica.

Hace unos meses, Salvados realizó un especial sobre la sanidad en la Alemania de Merkel y Gonzo entrevistó a mi hermana. Después del programa, la web de La Sexta tituló la emisión con esta declaración suya: "En Alemania a los sanitarios españoles se los rifan, en España los maltratan". La España de las Autonomías está a años luz de la Alemania de los Länder: es exactamente la distancia que hay entre la precariedad y las garantías laborales o entre dirigirte a una profesional respetable diciéndole "Danke, Frau Doktor" o escupiéndole un "te voy a reventar la cara, medicucha de mierda".

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