Cuando Manuela me dijo que volaba, lo primero que pensé fue: "Qué gran pérdida para nuestro pueblo". Entendí perfectamente su partida, incluso yo misma en más de una ocasión le dije que debía buscar su lugar, aquel en el que se reconociese su delicado trabajo. Aquí no ha sido. Aquí los únicos que se apenan profundamente de su marcha y que la echan de menos son los bosques, las garzas, los pantanos, los riachuelos, los abrigos… y yo, por supuesto; pero a ninguno ha dejado porque su hábitat esencial y su fuente de inspiración es la Naturaleza.

Afortunadamente, me pertenecen algunas de sus obras: tengo pájaros, un faro y la representación de una pintura rupestre que en el catálogo llamó "La gitanilla" y que más tarde me comentaba que había llegado a la conclusión de que esa pintura representaba a una mujer pariendo. Hubo algunos conocedores en la materia a los que les pareció una idea extravagante producto de su extrema sensibilidad. Qué casualidad que ahora se presenta en FITUR un vídeo de Bacinete donde planean sus aportaciones e ideas. Cuando busco su nombre en los títulos de créditos, no se menciona por ningún lado. Dejó demasiada información que otros hacen suya. En Los Barrios no le concedieron a su personal proyecto y a su obra el gran valor que tienen. Fue solo una exposición privada, que ella misma organizó, la que nos dio a conocer el gran peso de parte de nuestro patrimonio y la originalidad de su técnica.

Planeó hasta Algeciras con intención de encontrar una mejor vida y más posibilidades. Me anunció que iba a exponer en la sala Cajasur, respaldada por el Ayuntamiento desde la Delegación de Cultura. Al mandarme la invitación observo, de entrada, que el nombre no es el suyo. Mal empezamos. Desde pequeña los amigos cercanos la conocemos por Tatina, pero su nombre es Manuela. Para conservar esa ingenuidad que no ha perdido, recupera su apodo llamando a su proyecto "Tatina". En la invitación, mezclando conceptos, hay un error fruto de una falta de cuidado y en vez de por su nombre la llaman ¿Tatiana?, más otros detalles que prefiero no comentar para no desviarme de lo que ahora realmente tiene importancia.

Manuela Puerta Medina cuida de nuestro patrimonio y lo divulga con sumo conocimiento instintivo y entusiasmo. Asómate a la sala y comprobarás qué belleza. Ya que son insuficientes los que lo hacen, como agradecimiento, cuidemos con cuidado nosotros de su obra y de ella.

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