Marcaje estrecho

Alberto Grimaldi

Consumación

AUNQUE estaba cantado, la confirmación por parte de la agencia estatal marroquí que gestiona los puertos de Tánger Med de que APM Terminals, la empresa del gigante Maersk que tiene a su cargo las terminales de contenedores propias, será la adjudicataria de la terminal 3 -además de la 1, que ya explota desde hace un año- cierra el círculo de las preocupaciones de muchos que hemos alertado sobre los riesgos que Algeciras corre con la competencia norteafricana.

La multinacional danesa, que es el primer operador mundial del transporte marítimo, tendrá finalmente en la orilla sur del Estrecho capacidad para albergar 4,5 millones de Teus (contenedores de 20 pies), con lo que superará la capacidad actual -y si nada lo remedia futura- que posee en el puerto de Algeciras, donde gestiona su propia terminal, la Juan Carlos I, con 3,5 millones de Teus, más la Terminal de Contenedores de Algeciras (TCA), que alberga otro medio millón de Teus.

Esta situación, que será una realidad en poco tiempo, deja en desventaja a Algeciras, al menos hasta que el adjudicatario de Isla Verde Exterior, el operador coreano Hanjin, esté operando a buen rendimiento. Cuando ambas ampliaciones, a un lado y al otro del Estrecho, estén ejecutadas será el momento fundamental para medir fuerzas y ver cuál de los dos puertos se lleva el papel predominante.

La obligación de quienes tienen responsabilidad en la orilla española es la de trabajar con ahínco para conseguir que Algeciras no pierda fuelle como el principal puerto de transbordo del Mediterráneo.

Es necesario ahora, y no para dentro de unos años, comprometer la inversión para que el transporte ferroviario de calidad esté operativo cuanto antes. Insisto: es ahora en verano cuando se planifican los Presupuestos Generales del Estado y por tanto es el momento de demostrar el peso político que el PSOE de la comarca y de la provincia tiene para lograr esos compromisos de inversión.

También es el momento de darle el impulso definitivo a la negociación del convenio de Sestibalsa, para conseguir un marco de estabilidad y paz social que dé confianza a los operadores presentes en el puerto -Maersk y Hanjin-, porque sólo así existirán las condiciones para que el puerto no se estanque y siga creciendo.

Porque de lo que tengo la certeza es de que Maersk ha apostado con fuerza por Tánger, una apuesta que se demuestra con una mayor capacidad, porque entendió que en Algeciras no había un convenio que les permitiera tener certezas sobre el coste que ampliar sus instalaciones tendría. Es por ello, a mi juicio, la consumación de una oportunidad perdida.

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